Cuando hablamos de alimentación, el biberón puede un papel esencial en esta labor. Es por ello que, a la hora de empezar a utilizarlo, nos surgen muchísimas dudas al respecto. “¿De qué material debe ser el biberón?” o “¿Cada cuánto tiempo debemos cambiar las tetinas?” son algunas de las preguntas que, posiblemente, aparezcan en nuestra cabeza.
Por ello en este post os lo ponemos fácil dando respuesta a 8 preguntas frecuentes que les surgen a todos los padres; 8 preguntas que, una vez solucionadas, harán que la alimentación de nuestro bebé, con su correspondiente desarrollo, sea una tarea de lo más sencilla.
¿Cuál es el material ideal para el biberón?
Durante los primeros meses, podemos utilizar un biberón de cristal, pues duran bastante en el tiempo y se pueden limpiar fácilmente. Además, al ser nosotros mismos quienes le damos el biberón al bebé, no hay posibilidad de que éste se rompa al caer al suelo.
Cuando llegue el momento de que nuestro bebé tome el biberón solo, las probabilidades de que termine en el suelo son muy altas, por lo que la mejor opción es utilizar un biberón de plástico. Estos a diferencia de los de cristal, se estropean con mayor facilidad, pero su peso es menor. El material más recomendado es el polipropileno y, por supuesto, cualquier biberón debe estar libre de BPA (Bisfenol A). Este compuesto se utiliza en la fabricación de la mayoría plásticos y latas de conserva. El principal problema es que, al calentar el biberón, el bisfenol-A desprende partículas que pasan al alimento que está ingiriendo el bebé y puede ser perjudicial. Por eso, desde 2011 está prohibido fabricar biberones con BPA y la mayoría de marcas lo indican en su envase.
¿Cómo calentamos el biberón?
Cuando tengamos la mezcla del biberón preparada, podemos calentarlo utilizando un calientabiberones o un microondas. Para comprobar que lo hemos hecho de forma correcta, es decir, que tenga la temperatura ideal de 36-37ºC, podemos utilizar un termómetro o verter algunas gotas del alimento en la parte interna de nuestra muñeca para asegurarnos de que no está fría, pero tampoco demasiado caliente.
¡Consejo! No recomendamos que, para calentar la leche, la hirvamos, ya que, mediante este método, podemos eliminar nutrientes que tiene y que son importantes para el desarrollo de nuestro bebé.
¿Cada cuánto tiempo debemos ofrecerle el biberón al bebé?
Es importante que le ofrezcamos el biberón a demanda, es decir, cuando el bebé lo pida. No obstante, hay una serie de pautas que podemos seguir para tener orientarnos sobre la frecuencia de alimentación:
- Entre los 0-3 meses, un biberón cada 2-3 horas
- Entre los 3-9 meses, un biberón cada 3-4 horas
Sin embargo, debemos saber que, a partir del primer o segundo mes, aproximadamente, los bebés establecen su propio horario de alimentación, con lo que, una vez más, recalcamos la idea de que la alimentación debe ser a demanda.
¿Cómo le ofrecemos el biberón al bebé?
Es fundamental que le demos el biberón a nuestro pequeño de forma correcta. Si lo hacemos bien, evitaremos que éste sufra los temidos «cólicos del lactante»
Para comenzar, debemos utilizar una tetina con tamaño adecuado, ya que, si éste es muy pequeño, el bebé se cansará y dejará de succionar antes de llenarse del todo, pero si es muy grande, beberá demasiado rápido y, con ello, tragará aire mientras se alimenta. En este segundo caso, la mejor opción es utilizar un biberón con sistema de ventilación completa.
Además, tenemos que ofrecer el biberón con la inclinación correcta y cogerlo por el centro para que nuestra sujeción sea la adecuada. De esta forma, evitaremos, por ejemplo, un derrame del contenido del biberón.
¿Cuánto tiempo debe durar cada toma con biberón?
La toma con el biberón debe durar, aproximadamente, 20 minutos. Si, pasado este tiempo, vemos que el biberón no se ha vaciado, debemos asegurarnos de que la tetina no está obstruida.
La función de la tetina es hacer que el líquido del biberón salga de éste mediante goteo. Para comprobar que funciona correctamente, debemos colocar el biberón boca abajo y revisar que sale, aproximadamente, una gota por segundo, de manera continua y moderada.
¿Cómo realizar la limpieza del biberón?
La limpieza del biberón debe realizarse con mucho cuidado, ya que no deben quedar restos de la toma en su interior. Para esta labor, tenemos que lavarlo nada más acabar la toma con agua tibia y jabón; podemos ayudarnos con cepillos especiales para biberones y tetinas.
Además, es importante que esterilicemos los biberones con ayuda de un de esterilizador. Según crezca nuestro bebé, recomendamos que el tiempo entre cada esterilización sea cada vez mayor. De esta manera, conseguiremos que su sistema inmunitario se fortalezca.
¿Es posible que el biberón haya encogido?
Sí, es posible, ¡y es más frecuente de lo que pensamos! El origen de este “problema” está en la temperatura que tiene el agua cuando la introducimos en el biberón para preparar la mezcla, en caso de que sea leche de fórmula.Si el agua está hirviendo cuando la metemos en el biberón y, acto seguido, colocamos la tetina y la tapa del biberón, se puede producir un efecto de succión que provoca la deformación del biberón. Por este motivo, es importante que, si el agua está hirviendo, dejemos que se enfríe antes de preparar la mezcla con la leche de fórmula.
¿Cada cuánto tiempo debemos cambiar el biberón y la tetina?
Por lo general, no existe un tiempo determinado para cambiar el biberón, ni tampoco una regla específica. Sin embargo, sí podemos atender a algunos indicios que apuntan a que es hora de reemplazar nuestro biberón actual por uno nuevo:
- Si nuestro biberón es de plástico, debemos atender a posibles rayaduras, ya que éstas son el lugar idóneo para que se depositen los gérmenes. ¡Y no se van aunque limpiemos el biberón una y otra vez!
- Si nuestro biberón es de cristal, debemos atender a posibles rajas en la superficie, ya que nuestro bebé podría cortarse al sujetar el biberón durante la toma.
En cuanto a la tetina, se recomienda cambiarla cada 6 semanas más o menos o ante cualquier síntoma de deterioro. En el caso de las tetinas especial de cereales (corte en Y), su vida útil suele ser menor, ya que, al ser una raja y el bebé ser más mayor (succiona con más fuerza), se puede romper antes.