Son muchas las curiosidades y datos que seguro que desconoces sobre los recién nacidos así que, ahora que vas a ser mamá o papá, es un buen momento para descubrirlas.
1- Poseen una serie de reflejos innatos
Los bebés nacen con una serie de reflejos innatos que les ayudan a sobrevivir y adaptarse al mundo desde el primer momento en que nacen. Son movimientos automáticos y no voluntarios que se producen como respuesta ante diferentes estímulos.
Los principales son:
– reflejo de succión: aparece al tocar la boca y ayuda al bebé a mamar.
– reflejo del sobresalto: retraen los brazos y las piernas al escuchar un sonido fuerte.
– reflejo de la marcha: hacen movimientos de marcha cuando las plantas de los pies tocan una superficie dura.
– reflejo de moro: cuando un recién nacido experimenta una sensación de caída o sobresalto, extenderá sus brazos y piernas hacia los lados. Los brazos pueden incluso formar una especie de «C». Después de la extensión inicial, el bebé contraerá sus brazos hacia el centro de su cuerpo, cerrando las manos en puños. Este movimiento puede ir acompañado de una extensión de las piernas.
– reflejo prensil: aparece al poner un dedo en la palma de la mano abierta del bebé, haciendo que este cierre la palma sobre el dedo.
Estos reflejos van desapareciendo en los primeros años de vida y marcan el desarrollo del bebé, por lo que se comprueban en las revisiones pediátricas.
2- Ven borroso
Los bebés recién nacidos no tienen una visión completamente desarrollada. Pueden ver objetos cercanos, que no estén más lejos de unos 25 cm, pero su visión es borrosa y tienen dificultades para enfocar objetos distantes. Además, solo ven contrastes claros de colores, distinguiendo el blanco, el negro y el rojo. A medida que crecen, su visión se va desarrollando gradualmente y van distinguiendo todas las tonalidades, ganan en profundidad y perspectiva, etc.
3- Lloran sin lágrimas
Aunque los bebés lloran a menudo porque es su forma de comunicarse con nosotros y hacernos saber que tienen hambre, sed, miedo o dolor, las primeras semanas lloran sin lágrimas debido a que las glándulas lagrimales no están completamente desarrolladas en ese momento.
4- Su estómago es tan pequeño como una cereza
Al nacer, el estómago del recién nacido mide como una cereza, por eso el calostro es suficiente para alimentarle y apenas ingiere más de 5 o 7 ml de leche. Al tercer día su tamaño es como una nuez y en dos semanas esa capacidad se multiplicará por más de veinte veces hasta alcanzar el tamaño de un huevo y poder ingerir en cada toma entre 80 y 150 ml.
Por eso debes alimentar al bebé a demanda, para ir aumentando la producción de leche a medida que el pequeño lo necesite.
5- Sus manos y sus pies siempre están fríos
Para saber si un bebé tiene frío nunca debes tocarle las manos y los pies ya que estos siempre están fríos puesto que no son capaces de regular su temperatura corporal adecuadamente y tienen un sistema circulatorio inmaduro. Priorizan la sangre en los órganos vitales, por lo que las partes distales, como las extremidades, quedan más frías.
Por eso, si quieres saber si tu peque tiene frío o calor debes tocarle la nuca o el cuello.
6- Muchos nacen con manchas de nacimiento
Aproximadamente 1 de cada 3 bebés nacen con algún tipo de mancha de nacimiento. Los tipos más comunes de manchas de nacimiento son:
– Manchas de vino de Oporto: manchas rosadas, rojas o moradas que suelen aparecer en la cara, el cuello o la parte superior del cuerpo. Pueden variar en tamaño y forma. Por lo general, no requieren tratamiento médico a menos que causen problemas funcionales o estéticos.
– Manchas café con leche: manchas de color café claro que pueden estar presentes en cualquier parte del cuerpo. Por lo general, son planas y tienen bordes regulares. Si un bebé tiene más de seis manchas café con leche con un tamaño mayor a 0,5 cm de diámetro, podría ser necesario realizar una evaluación adicional para descartar condiciones genéticas subyacentes.
– Nevus congénito: manchas oscuras y planas que pueden ser de color marrón, negro o azul. Pueden variar en tamaño y forma, y a menudo están presentes en el nacimiento.
– Manchas mongólicas: manchas planas y de color azul o gris que suelen aparecer en la zona baja de la espalda o las nalgas. Son más comunes en bebés con ascendencia asiática, africana, hispana o indígena. Estas manchas suelen desaparecer gradualmente durante los primeros años de vida.
7- Tienen más huesos que un adulto
Los bebes nacen con muchos más huesos que los adultos. Al nacer, un bebé tiene alrededor de 300 huesos en su cuerpo. Sin embargo, a medida que el bebé crece y se desarrolla, algunos de estos huesos se fusionan entre sí debido al proceso de osificación, como las fontanelas de la cabeza. La osificación es el proceso mediante el cual los huesos en desarrollo se endurecen y se unen. A medida que ocurre este proceso, los huesos más pequeños se fusionan para formar huesos más grandes y sólidos. Por lo tanto, un adulto promedio tiene alrededor de 206 huesos en su cuerpo, menos que los bebés al nacer.
8- El color de ojos no es el definitivo
El color de ojos de muchos bebés es gris azulado, pero este color no es el definitivo e irá cambiando en los primeros meses de vida a medida que la melanina, una proteína que secretan unas células llamadas melanocitos, responsable del color de nuestra piel cabello y ojos, se vaya depositando en el iris. A medida que se exponga a más luz, el color de los ojos puede cambiar y oscurecerse, dependerá de la información genética que tenga el bebé.
9- Su corazón late más rápido
En general, el ritmo cardíaco normal de un bebé recién nacido puede oscilar entre 120 y 160 latidos por minuto, aunque puede variar según la actividad y la condición del bebé. A medida que el bebé crece y se desarrolla, el ritmo cardíaco tiende a disminuir gradualmente y se acerca a los valores normales para los adultos (entre 60 y 100 veces por minuto).
10- Pueden tener vello por todo el cuerpo
Es común que los recién nacidos tengan vello en su cuerpo al nacer. Este vello se conoce como «lanugo». El lanugo es un tipo de vello muy fino y suave que cubre el cuerpo del feto durante el desarrollo en el útero. Este vello ayuda a mantener al bebé cálido en el entorno líquido del útero.
El lanugo generalmente se desarrolla en el tercer trimestre del embarazo y, a medida que el bebé se acerca al término, puede comenzar a desprenderse y ser ingerido por el feto. Por lo tanto, algunos bebés nacen sin mucho lanugo visible, mientras que otros pueden tener restos de vello en diferentes partes del cuerpo, sobre todo aquellos que nacen antes de la semana 38.
A medida que pasen los días este vello se irá cayendo.
Fuentes:
Nieto, Marianela; Hernández, Manuela (2009), Ya estoy en casa. Preguntas y respuestas clave para el cuidado del bebé. Eduforma.
Mahé, Véronique (2008), Los 100 primeros días del bebé, Barcelona, Robin Book.