Aunque la lactancia materna es el mejor alimento para el bebé, a veces es necesario recurrir a la lactancia artificial o darle alguna toma al peque en biberón. En estos casos, es importante elegir la tetina correcta para que el bebé se adapte a comer del biberón e interferir lo menos posible en la lactancia materna.
¿Qué debo tener en cuenta antes de comprar una tetina?
A la hora de escoger la tetina para el biberón del peque, lo más importantes es buscar una tetina que se parezca lo máximo posible a la succión que el bebé hace en el pecho para favorecer su motricidad facial y una alimentación correcta. Además, de esta forma favorecerás que no haya confusión entre el pecho y la tetina si tienes que recurrir a la lactancia mixta o diferida. Y si tu bebé nunca se ha alimentado de biberón, una buena tetina puede ayudar a que coja el biberón sin problemas, algo que no suele resultar nada sencillo.
Por eso, a la hora de escoger una tetina las características que esta debe cumplir son:
– Forma de la tetina casi “triangular”: el pecho (pezón y aréola) cuando entra en la boca del bebé adopta una forma característica triangular, con una pendiente gradual desde la punta para que el bebé se agarre y succione mejor. Si hay mucha diferencia de tamaño entre la punta y la base, el bebé solo se agarrará a la puta sin abrir la boca de la manera adecuada, es decir, como lo hace al engancharse al pecho.
– Tetina redonda por todos los lados: el pezón en la boca del bebé no debe aplastarse, por lo que la tetina tampoco. Eso implica que debe ser redonda por todos los lados.
– Adapta el flujo de la tetina a la edad del bebé:
- Flujo lento: recomendado para recién nacidos, pues permite que la leche salga despacio, imitando el flujo natural del pecho.
- Flujo medio: adecuado para bebés de entre 3 y 6 meses, cuando comienzan a succionar con más fuerza.
- Flujo rápido: ideal para bebés mayores de 6 meses o que ya comen sólidos, pues permite un flujo más rápido y constante.
– Tetina blanda: las tetinas deben ser lo más blandas posibles, que se puedan manipular con poca fuerza para que el bebé se adapte a ella sin crear tensiones que modifiquen la estructura oral del peque.
– Tetinas anticólicos: algunas tetinas están diseñadas con sistemas de ventilación o válvulas anticólicos, que ayudan a reducir la cantidad de aire que el bebé traga durante la alimentación. Esto puede ser útil para reducir gases, cólicos y malestar estomacal.
Por otra parte, no todas las tetinas son compatibles con todos los biberones, ya que los diferentes fabricantes suelen diseñar sus tetinas para sus propias botellas. Es importante asegurarse de que la tetina que elijas funcione con el biberón que usas.
Si tu bebé es prematuro o tiene necesidades especiales, es posible que necesite una tetina de flujo extra lento o un diseño específico que le permita alimentarse de manera más controlada. Pregunta a tu pediatra.
¿Látex o silicona?
Las tetinas de silicona son transparentes, duraderas y resistentes al calor, lo que las hace fáciles de limpiar y esterilizar. Además, no absorben olores ni sabores.
Las tetinas de látex son más suaves y flexibles, lo que puede asemejarse más a la sensación del pecho materno. Pero son menos duraderas y absorben olores, por lo que se estropean antes y hay que cambiarlas con mayor regularidad. Además, hay bebés alérgicos al látex que no pueden usarlas.
Cada una tiene sus ventajas, así que elige aquella que más guste a tu bebé.
¿Qué hacer si el bebé no coge la tetina?
– No todos los bebés se adaptan a la misma tetina de inmediato. A veces es necesario probar diferentes marcas y tipos de tetinas para encontrar la que mejor funcione para tu bebé. Si el bebé parece tener dificultades para succionar o está incómodo, puede que necesites cambiar el tamaño o la forma de la tetina.
– No siempre aceptan a la primera, es por ello que habrá que tener paciencia y ofrecer varias veces la misma antes de cambiar a otro modelo o marca.
– A la hora de probar una tetina por primera vez, busca un momento en el que bebé no tenga mucha hambre ni sueño ya que puede ponerse nervioso y rechazarla por eso.
– Al final, el que va a elegir la tetina es el bebé. Puede ser que no sea “perfecta” según las recomendaciones antes indicadas, pero si él está cómodo y se alimenta bien ¡adelante!
– Asegúrate de reemplazar las tetinas con regularidad, especialmente si notas que están desgastadas, dañadas o si empiezan a cambiar de color. Para los recién nacidos, es recomendable cambiar las tetinas cada 1-2 meses.
– Verifica que las tetinas y biberones estén libres de BPA, una sustancia química que puede ser perjudicial para la salud del bebé. La mayoría de los productos para bebés modernos ya están etiquetados como «BPA-free», pero siempre es bueno asegurarse. El BPA está prohibido por ley, por lo que no deben tenerlo.
Fuente:
Asociación Española de Pediatría