El masaje al bebé ofrece muchos beneficios tanto físicos como emocionales, por lo que es importante que formen parte de tu rutina de cuidado del peque.
Beneficios del masaje para bebés
Los masajes son una forma de comunicación con el bebé que sirve para fortalecer el vínculo entre los padres o cuidadores y el bebé, así como para promover su desarrollo físico y emocional. Por eso, ofrecen muchos beneficios a los pequeños:
1- Ayuda a liberar tensiones y relajar al bebé, reduciendo el estrés después de un día lleno de estímulos y retos.
2- Facilita el sueño al calmar y relajar al peque, haciendo que le sea más fácil conciliar el sueño.
3- Alivia dolores y molestias habituales en los bebés en sus primeros meses de vida como cólicos del lactante, reflujo, gases…
4- Estimula la circulación sanguínea y el drenaje linfático, mejorando el sistema inmunológico del peque.
5- Fortalece el sistema respiratorio al masajear el pecho o la espalda, mejorando sus pulmones y reduciendo la mucosidad en la zona.
6- Estimula sus sentidos, favoreciendo su desarrollo y el reconocimiento de su propio cuerpo.
7- Mejora su autoestima al proporcionarle seguridad y confianza gracias a la atención que le prestas por medio del masaje.
8- Fortalece y mejora el vínculo afectivo y la comunicación entre padres e hijo al crear un momento íntimo y personal de contacto y caricias.
9- Refuerza las habilidades sociales del bebé.
10- Mejora la coordinación y equilibrio del bebé.
11- Potencia el aprendizaje y la concentración.
¿Cuál es el mejor momento del día para darle un masaje?
No hay un momento mejor para el masaje, depende de cada familia y de sus rutinas. La mayoría prefiere hacerlo después del baño y antes de acostarle ya que, como hemos dicho, le ayuda a relajarse y dormir. Pero puede ser igual de bueno cualquier otro momento de la mañana o de la tarde siempre que el bebé no tenga sueño y hambre. Y, por supuesto, nunca debe hacerse después de comer ya que puede alterar la digestión.
Consejos para un buen masaje infantil
1- Crea un ambiente cálido y tranquilo. Evita los sitios en los que haya corrientes de aire. La temperatura ideal para darle el masaje son unos 24º C. La luz tampoco debe ser muy fuerte ya que buscamos la relajación. Es mejor una luz tenue y que no le enfoque directamente.
2- Para que el masaje sea más fluido, puedes ayudarte de un aceite relajante especial para bebés, orgánico y sin químicos.
3- Elige un momento en el que tú también estés tranquilo, sin prisas y disfrutando del momento.
4- Quítate los anillos, pulseras o cualquier objeto que lleves en la mano que pueda molestar al peque o rozarle.
5- Si en algún momento el bebé muestra señales de incomodidad o irritación, detén el masaje. Cada bebé es diferente, por lo que es importante prestar atención a las señales del bebé. Si el bebé parece disfrutar del masaje, puedes continuar, pero si muestra señales de no estar interesado o incómodo, es mejor detenerlo.
¿Cómo darle el masaje al peque?
Utiliza movimientos suaves y firmes, evitando aplicar demasiada presión y pasando por las diferentes partes de su cuerpo:
– Espalda: comienza masajeando suavemente la espalda del bebé, desde los hombros hacia abajo y hacia las nalgas. Utiliza movimientos largos y suaves.
– Piernas y pies: masajea las piernas y los pies, prestando atención a los muslos y los tobillos. Puedes realizar movimientos circulares en las plantas de los pies. Masajea sus deditos aplicando un poco de presión en cada dedo con cuidado.
– Brazos y manos: masajea los brazos, desde los hombros hasta las manos. Dales un suave apretón a las manos del bebé. Masajea también cada dedito ejerciendo una ligera presión.
– Abdomen: realiza movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj alrededor del ombligo. Este masaje puede ayudar a aliviar el malestar gastrointestinal, los cólicos, los gases… Otra opción es mover las manos desde el centro hacia los costados. O sostener las pantorrillas del bebé con las piernas juntas, presionando suavemente las rodillas sobre el vientre unos segundos y soltando después.
– Pecho: haz un masaje similar al abdomen, colocando las manos enfrentadas en posición vertical en el centro del tórax y muévelas hacia los lados.
– Cara: masajea la zona de las mejillas y la frente, poniendo las manos sobre ellas y haciendo movimientos circulares con delicadeza. Para la frente, pon los dedos en el centro de la misma y muévelas hacia los lados de la sien.
Fuente:
Asociación Española de Masaje Infantil
Association of Infant Massage (IAIM)