El noveno mes de embarazo es el último y va desde la semana 36 hasta que el bebé nazca, lo cual suele ocurrir entre la semana 38 y la 42, aunque depende de cada caso. En estas últimas semanas es normal que estés más incómoda y nerviosa. Debes procurar estar tranquila y centrada en que todo saldrá bien y pronto tendrás a tu bebé en tus brazos.
Cambios en la mujer en el noveno mes de embarazo
En estas últimas semanas es normal que las contracciones se vuelvan cada vez más frecuentes e intensas. Debes estar atenta porque, en el momento en el que sean cada vez más dolorosas y rítmicas, acortándose el tiempo entre una y otra, deberás acudir al hospital porque significa que el parto ha comenzado.
En general, se recomienda acudir a urgencias cuando las contracciones duran unos 30 segundos y se sienten con una frecuencia de cada 5 minutos durante una hora o 2 cada 10 minutos durante dos horas seguidas si eres primeriza. Además, si rompes aguas, con o sin contracciones, también debes ir a urgencias. Si el líquido de la bolsa es claro, puedes ir con calma al hospital y preparar lo que necesites. Si es verdoso, significa que el bebé ha expulsado el meconio dentro, lo que es grave, por lo que debes ir rápidamente a urgencias y avisarlo al llegar.
Entre la semana 38 y la 40 es normal que expulses el tapón mucoso que ha estado protegiendo el cuello del útero. Eso significa que el cuello uterino está comenzando a acortarse y ablandarse, pero pueden pasar días hasta que el parto comience, por lo que no debes ir todavía al hospital. Además, al haber perdido el bebé la protección que tenía, debes evitar algunas actividades como los baños en la piscina o en el mar.
Puedes notar algunos hilillos de sangre vaginal. Mientras sea poco, no debes preocuparte. Si el sangrado es intenso, acude a urgencias por si acaso.
Muchas mujeres experimentan en estas semanas el síndrome del nido, una necesidad imperiosa de limpiar y ordenar todo para que esté perfecto para la llegada del bebé. Es algo normal, pero debes tener cuidado de no hacer excesos o tareas peligrosas (como subirte a una escalera) que puedan suponer un riesgo para ti o el bebé.
Asimismo, es normal que te sientas cansada, irritada, nerviosa, que te cuesta dormir… El bebé ya está encajado en la pelvis, por lo que notarás menos presión en los pulmones y el estómago, pero más en la vejiga, por lo que tendrás que ir al baño más a menudo. También puedes notar dolor y presión en la pelvis.
El bebé debe estar situado en posición cefálica. Si no es así y está situado en posición podálica o transversal, se puede intentar una maniobra cefálica externa para girarlo y, en caso de que no funcione, puede que sea necesario realizar una cesárea.
Es muy normal notar los pies y tobillos excesivamente hinchados a causa de la retención de líquidos. Procura beber mucha agua, caminar y poner los pies en alto. También es habitual tener cansancio, calambres, dolor de espalda, insomnio…
¿Cómo es el desarrollo del feto en el noveno mes de embarazo?
¡Tu niño ya está listo para nacer y tiene el aspecto que tendrá cuando llegue al mundo! Su longitud varía entre 48 y 53 cm y su peso puede estar entre los 3 y 4,5 kg. Depende del sexo, de su constitución, de cómo haya ido el embarazo…
Ya ha desaparecido el lanugo y la mayor parte de la vérnix (la grasa que lo cubre).
Sus huesos del cráneo siguen separados para que pueda salir por el canal de parto, se irán juntando a lo largo del primer año de vida.
Sus pulmones ya están totalmente madurados. Su cerebro se ha desarrollado y en su intestino ya tiene meconio, la primera caca que el bebé expulsará al nacer. Puede tener las uñas muy largas e incluso nacer con algunos arañazos.
Como está tan grande, se mueve mucho menos ya que tiene poco espacio, pero todavía puedes notarle. Si pasan más de 24 horas sin que lo notes moverse, debes acudir a urgencias.
Consejos para cuidarse en el noveno mes de embarazo
En estas semanas debes procurar estar muy tranquila y evitar el miedo o el estrés por el parto. Resuelve tus dudas acerca de este proceso con tu ginecólogo/a y estate tranquila. Confía en ti y en que todo irá bien. Practica los ejercicios de respiración y pujos que te hayan enseñado en el curso de preparación al parto.
Desde la semana 35 o 36 debes tener preparada la bolsa para el hospital ya que, en cualquier momento, puedes ponerte de parto. En ella debes meter ropita para el bebé, artículos de higiene para él y para ti, documentos legales como el DNI, la tarjeta sanitaria o el informe del embarazo…
Sigue cuidando tu dieta. Es normal que te llenes enseguida ya que el útero ocupa casi todo tu abdomen. Come menos, pero con más frecuencia.
También debes procurar hacer ejercicios que te ayuden a prepararte para el parto, como caminar, ejercicio con la pelota de pilates… Eso ayudará a que el bebé se coloque bien y el parto sea más sencillo.
Pruebas médicas en el noveno mes de embarazo
Desde la semana 37 en algunos centros médicos, o desde la 40 en otros, se llevan a cabo los monitores fetales que sirven para comprobar la viabilidad fetal y la actividad uterina. Duran entre 20 y 30 minutos y se colocan unos sensores por al abdomen que miden la actividad cardiaca fetal y las contracciones uterinas.
Si no te han hecho aún la prueba del estreptococo B, deben hacértelo antes del parto para comprobar si tienes o no esta bacteria en la vagina ya que no es peligrosa para ti, pero sí para el bebé si la tienes y el parto es vaginal, por lo que habrá que ponerte antibióticos.
Puede que te hagan alguna ecografía más para comprobar la posición del bebé, el estado de la placenta, la cantidad de líquido amniótico…
También pueden hacerte un tacto vaginal para medir el cuello uterino y comprobar si este ha empezado a borrarse y acortarse, lo que indicaría que queda menos para el parto.
Fuentes:
Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.
Asociación Española de Pediatría.