La alimentación complementaria (AC) es cuando le ofrecemos a nuestro bebé por primera vez alimentos sólidos y líquidos distinto a la leche materna o formula infantil. Como su nombre indica debe ser un «complemento», sin dejar de aportarle su cantidad mínima de leche recomendada: 500 ml diarios (según la AEP).
En los últimos años se han producido cambios a la hora de introducir la alimentación complementaria, pero aquí os dejamos de manera resumida los mejores consejos y recomendaciones según la Asociación Española de Pediatría.
¿Sabes cuándo empezar a darle los primeros alimentos a tu bebé?
Según la AEP es importante esperar alrededor de los seis meses para introducirles alimentos diferentes, ya que es conveniente que el organismo tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune.
Cada bebé es diferente y va a adquirir sus primeros alimentos a tiempos distintos, pero en general suele ser sobre el sexto mes.
Para saber si tú bebé te reclama otros alimentos diferentes al habitual, éste presentará interés activo por la comida, deberá tener una destreza psicomotriz adecuada siendo capaz de cogerla con las manos y llevársela a la boca y se debe haber eliminado el reflejo de extrusión, que le hace expulsar de su boca cualquier elemento no líquido que entre, empujándolo con la lengua. Un reflejo muy útil durante los primeros meses ya que ayuda a evitar posibles atragantamientos.
¿Qué riesgos presenta ofrecer la alimentación complementaria antes o después de lo recomendado?
Una introducción precoz de la alimentación complementaria conlleva:
- Mayor riesgo de atragantamiento
- Mayor riesgo de gastroenteritis aguda.
- Mayor riesgo de infecciones del aparato respiratorio
- Sustitución de tomas de leche por alimentos menos nutritivos
- Mayor riesgo a largo plazo de dermatitis atópica, obesidad o enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus tipo 1
- Si el bebé está alimentado con leche materna, puede producirse una interferencia en la biodisponibilidad de hierro y zinc que ofrece la leche
Mientras que introducción tardía de la AC conlleva:
- Mayor riesgo de alergias alimentarias e intolerancias
- Carencias nutricionales importantes, especialmente hierro y zinc
- Peor tolerancia a nuevos sabores y texturas
- Mayor riesgo de alteración de las habilidades motoras orales
Sus primeros alimentos
Generalmente, se suele comenzar con la introducción de cereales mezclados con leche materna o de fórmula.
Posteriormente se puede ofrecer al bebé purés de verdura y carne y papillas de fruta para merendar. Es aconsejable introducir los alimentos de uno en uno y dejar pasar unos 2-3 días cada vez que se introduzca un alimento nuevo para valorar posibles alergias e intolerancias.
En todos estos pasos, puedes ayudarte con los consejos de tu pediatra, que te recomendará la alimentación adecuada en cada momento.
A nivel orientativo, os dejamos las edades aproximadas para ofrecerle al bebé los alimentos principales:
¿Cómo ofrecerle los alimentos?
Puedes seguir una dieta a base de purés o papillas, recordando que la AEP recomienda que no dejes pasar más allá de los ocho o nueve meses el momento de introducir texturas semi-sólidas, para que la masticación se pueda desarrollar correctamente.
Si optas por el BLW (Baby Led Weaning) es el bebé quien guía el proceso de alimentación cogiendo los trozos con la mano. Debemos ofrecerle los alimentos en trozos o «palitos» de tamaño suficiente para evitar atragantamientos. El bebé determina que alimentos coger y en qué cantidades.
Si te preocupa que pueda atragantarse, puedes recurrir al uso de alimentadores antiahogo. Fabricados en silicona médica, basta con introducir un trozo de alimento para que el bebé pueda ir mordiéndolo con seguridad. Además también son súper útiles para aliviar las molestias de la dentición ya que puedes introducir fruta congelada que alivia la inflamación de las encías.
Si sales fuer a de casa, y más con altas temperaturas, es muy importante conservar adecuadamente los alimentos. Usa una bolsa térmica que ayude a conversar la temperatura correcta.
Otros consejos a tener en cuenta
Una introducción precoz de la alimentación complementaria conlleva:
- Comenzar con alimentos ricos en hierro y zinc. Se comienza la alimentación complementaria a los 6 meses no solo porque el sistema digestivo del bebé haya madurado y tolere otros alimentos, sino también porque la leche materna ya no le aporta las cantidades diarias necesarias de ciertos nutrientes, como el hierro o el zinc, por eso es importante ofrecerle alientos ricos en ambos minerales.
- No añadir sal ni edulcorantes. La sal puede dañar sus riñones aún inmaduros y el azúcar causar muchos problemas de salud a corto y largo plazo.
- Introduce los alimentos de uno en uno, dejando entre 3 y 5 días entre un alimento nuevo y otro para observar posibles alergias o intolerancias. A veces, las reacciones alergias se producen varios después, por eso, hay que esperar, para poder saber qué alimento es el causante.
- No obligar al niño a comer nunca ni usar la comida como un premio o un castigo. La comida debe ser un momento tranquilo y en familia.
- Si el bebé rechaza un alimento, prueba varios días después de nuevo. A veces, solo necesitan acostumbrarse al nuevo sabor.
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