La alergia al polen es cada vez más habitual entre los niños, por lo que es conveniente que conozcas los síntomas de este tipo de alergia para que puedas detectarlos en tu hijo cuanto antes.
¿Qué es la alergia al polen?
La alergia al polen o polinosis, también conocida como fiebre del heno o rinitis alérgica estacional, es una reacción alérgica a los granos de polen liberados por las plantas. Cuando las personas alérgicas al polen inhalan estos granos de polen, su sistema inmunológico los percibe como una amenaza y produce una respuesta alérgica, a pesar de que realmente no lo sean.
De esta manera, cada vez que la persona alérgica entre en contacto con el alérgeno, tendrá síntomas. Pero si se evita la exposición, estará libre de ellos.
Las personas alérgicas producen anticuerpos de la clase IgE (inmunoglobulina E) frente a las sustancias ambientales que actúan como alérgenos, lo que produce una serie de síntomas.
El polen son los granos diminutos que producen algunas plantas para reproducirse. Es una de las causas más frecuentes de alergia en el mundo, incluido en España. Los pólenes que causan alergia de manera más habitual en España son los pólenes de gramíneas, olivo, arizónica, plátano, salsola y parietaria.
¿Qué síntomas produce la alergia al polen?
Si al llegar la primavera tu hijo comienza a tener goteo nasal, picor de ojos o de nariz, estornudos repetidos y lagrimeo, es muy probable que sea alérgico al polen.
Y es que los síntomas más habituales de este tipo de alergia estacional son:
- Estornudos repetidos
- Picazón en la nariz, ojos, boca o garganta
- Congestión nasal y secreción nasal acuosa
- Tos
- Ojos llorosos y enrojecidos
- Sensación de presión en los senos paranasales y dolor de cabeza
- Fatiga
- Dificultad para dormir
- Cambios en el sentido del olfato o del gusto
En algunos casos, la alergia al polen también puede provocar síntomas de asma, como sibilancias, dificultad para respirar y opresión en el pecho.
Los síntomas de la alergia al polen pueden ser intermitentes o durar todo el período en que las plantas producen polen, que generalmente es en primavera o verano. Es importante tener en cuenta que los síntomas de la alergia al polen pueden variar según la persona y la cantidad y tipo de polen al que estén expuestos.
A veces, es difícil diferenciar estos síntomas de los de un resfriado común, pero en los catarros no se produce conjuntivitis, puede haber fiebre y la tos suele acompañarse de expectoración. Mientras que en la polinosis siempre hay picor y rojez de ojos, no hay fiebre y la tos es seca.
Si estos síntomas aparecen en espacios abiertos, sobre todo durante los días soleados y con viento, y mejora los días de lluvia, lo más probable es que sea alergia.
¿Cuándo aparece la alergia al polen?
La alergia al polen generalmente comienza en la infancia o la adolescencia, aunque también puede desarrollarse más adelante en la vida. En algunos casos, las personas pueden experimentar una alergia al polen por primera vez en la edad adulta.
El momento en que aparece la alergia al polen puede depender del tipo de polen al que una persona es alérgica. Por ejemplo, la alergia al polen de árboles suele ser más común a principios de la primavera, mientras que la alergia al polen de pastos es más común en el verano.
Además, aproximadamente el 50% de las personas con alergia al polen del norte de España y más del 80% de los residentes en el centro y el sur son alérgicos a más de un tipo de polen, por lo que su alergia puede durar de enero a julio.
Si una persona tiene antecedentes familiares de alergia al polen, es más probable que desarrolle una alergia al polen en algún momento de su vida.
¿Cuándo se debe consultar el médico?
Si el niño tiene los síntomas antes descritos es recomendable consultar con su pediatra para que confirme el diagnóstico mediante las pruebas de la alergia (cutáneas o sanguíneas) que, además, sirven para detectar a qué tipo de pólenes se tiene alergia.
De esta manera, podrás minimizar la exposición a ese tipo de pólenes cuando florezcan y evitar la aparición de síntomas.
¿Cómo se trata la alergia al polen?
El tratamiento de la alergia al polen puede incluir una combinación de medidas preventivas y medicamentos para aliviar los síntomas. Aquí hay algunas opciones comunes de tratamiento:
- Antihistamínicos: estos medicamentos bloquean la acción de la histamina, una sustancia química liberada por el sistema inmunológico en respuesta al polen y que causa los síntomas de la alergia. Los antihistamínicos pueden aliviar la picazón, el estornudo y la secreción nasal. Los antihistamínicos están disponibles en varias formas, incluyendo tabletas, cápsulas, líquidos y aerosoles nasales. No automediques a tu hijo sin consultar a su pediatra.
- Descongestionantes: ayudan a reducir la inflamación de las vías respiratorias y disminuir la congestión nasal. Están disponibles en forma de tabletas, cápsulas, líquidos y aerosoles nasales. Es importante tener en cuenta que los descongestionantes pueden aumentar la presión arterial y no deben usarse por períodos prolongados sin consultar a un médico.
- Corticosteroides: los corticosteroides, como la budesonida o la fluticasona, pueden ayudar a reducir la inflamación y la congestión nasal.
- Inmunoterapia: la inmunoterapia, también conocida como terapia de alergia, puede ayudar a reducir la sensibilidad al polen a largo plazo. En la inmunoterapia, una persona recibe inyecciones regulares de una pequeña cantidad de polen para ayudar al cuerpo a desarrollar una tolerancia alérgica. Es lo que se conoce como vacuna de la alergia y es muy eficaz para tratar los síntomas y evitar que se desarrolle el asma, aunque no todos los niños son candidatos a este tipo de tratamiento.
El tratamiento con vacunas se puede iniciar a cualquier edad, pero habitualmente se prescribe a partir de los 5 años, que es cuando el diagnóstico de la alergia a inhalantes es más fiable.
Consejos para alérgicos en primavera
- Evita salir en días con mucho polen. Verifica las predicciones del tiempo y los niveles de polen en tu área antes de planear tus actividades al aire libre. Los niveles de polen tienden a ser más altos en días secos y ventosos. Los niveles de pólenes en las diferentes partes de España se pueden consultar en la web del Comité de Aerobiología de la SEAIC.
- Usa una mascarilla para reducir la exposición al polen. Una mascarilla puede ayudar a filtrar las partículas de polen y reducir la cantidad de alérgenos que se inhalan. Usa también gafas de sol para proteger los ojos.
- Mantén las ventanas cerradas. Mantén las ventanas y las puertas cerradas en tu casa y en tu coche para reducir la cantidad de polen que entra.
- Lava la ropa y la ropa de cama con regularidad. Lava la ropa y la ropa de cama con agua caliente para eliminar cualquier polen que se haya acumulado. No tiendas la ropa en el exterior ya que el polen puede quedarse adherido.
- Usa aire acondicionado. Si tienes un sistema de aire acondicionado, úsalo en lugar de abrir las ventanas. Los filtros de aire pueden ayudar a atrapar los alérgenos en el aire.
- Evita actividades al aire libre temprano en la mañana o al atardecer. Los niveles de polen son más altos durante estas horas del día.
Fuente:
“Alergia al polen”, blog EnFamilia de la Asociación Española de Pediatría: https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/alergia-al-polen#:~:text=Si%20el%20ni%C3%B1o%20comienza%20con,muy%20probable%20que%20sea%20al%C3%A9rgico.