Los bebés no nacen con el sentido de la vista totalmente desarrollado, sino que su visión va mejorando a medida que pasan los meses. Para ayudarle en este proceso, es conveniente conocer algunos juegos y ejercicios de estimulación visual.
¿Cómo son los ojos del bebé al nacer?
Los ojos del bebé suelen estar hinchados al nacer y pueden presentar manchas de sangre en las áreas blancas de uno o ambos ojos debido a la presión que sufre la cara durante el parto. Ambos problemas desaparecen solos en unos pocos días.
Además, sus ojos están cubiertos por secreciones que se limpian bien y se le aplica una pomada antibiótica para evitar la conjuntivitis que el pequeño podría desarrollar si, al salir por el canal de parto, se hubiera contagiado de alguna bacteria o microorganismo que pudiera haber. No debes quitarle esa pomada.
En estos primeros días es conveniente no usar luces muy fuertes cerca de él ya que las luces brillantes pueden molestarle.
En cuanto a su desarrollo, este comienza en las primeras semanas de embarazo. Los párpados se cierran en la octava semana y no se abren de nuevo hasta la semana 27. En este momento, tanto el ojo como estructura física, como el sentido de la vista (las conexiones con el cerebro que permiten visualizar y registrar las imágenes que el ojo capta) están lo suficientemente formados para que el feto comience a ver y vislumbrar fuentes de luz, cambios de luminosidad… dentro del útero.
Una vez nace, el neonato suele permanecer con los ojos cerrados la mayor parte del tiempo no solo porque duerme muchas horas, sino también por el cambio brusco de oscuridad a luminosidad. En el útero estaba totalmente a oscuras y el mundo al que llega tiene mucha luz.
A medida que el pequeño se vaya acostumbrando al nuevo entorno, irá abriendo los ojos más tiempo.
¿Cómo ven los bebés al nacer?
- Recién nacido: distingue objetos que están a unos 25 cm de su cara (justo la distancia que hay de sus ojos a los de su mamá mientras esta le da el pecho), especialmente rostros. También movimientos u objetos brillantes. No distingue los colores ni tiene una capacidad desarrollada para enfocar o ver detalles.
- Primer mes: distingue borrones, bultos sin diferenciar colores y contrastes de luz. Aparece el reflejo de fijación a la luz. Es capaz de distinguir la cara de su madre de la de un extraño. A partir de la tercera semana de vida, sus glándulas lacrimales empiezan a funcionar.
- 3 meses: comienza a distinguir colores, sobre todo el rojo y el verde. Las imágenes van ganando en nitidez y captan más detalles. También puede ver objetos que están más lejos.
- 4 meses: comienza a ver en tres dimensiones, es decir, desarrolla la llamada visión binocular, la capacidad para percibir la profundidad.
- 5 meses: coordina vista y mano.
- 6 meses: su vista es muy parecida a la de un adulto, aunque le falta ganar en profundidad y nitidez.
- 3 años: el niño ve perfectamente, pero continúa desarrollando su vista para distinguir los pequeños detalles.
La vista es uno de los sentidos más importantes, por eso se le harán pruebas de visión nada más nacer para ver el color de la pupila, el tamaño, el brillo y la simetría de los ojos. Asimismo, en cada revisión el especialista en pediatría comprobará que no hay señales de enfermedades congénitas como cataratas, glaucoma, ambliopía…
¿Cómo estimular los ojos del bebé?
- Coloca un móvil de cuna sobre él con colores atractivos y sonidos. Al activarlo, el bebé seguirá el movimiento con la mirada y el sonido estimulará también su oído.
- Rodea su cuna con rayas o estampados llamativos de colores fuertes. Manta, protector de cuna, paredes… Los colores pastel le estimulan menos, así que tenlo en cuenta.
- Cámbiale la posición de la cuna de vez en cuando para que pueda ver diferentes panoramas.
- Incentívalo a seguir objetos con la mirada. Coloca diversos objetos a unos 20 o 30 centímetros del rostro del bebé y comienza a moverlos, darles vueltas, desplazarlos de un lado a otro… para que los siga con la mirada. Tienes que fijarte si está mirando o no y captar su atención.
- Cuando te esté mirando, haz muecas y sonríele mucho. Al principio, los bebés se fijan sobre todo en el rostro de sus papás, así que aprovéchalo haciendo diversos gestos.
- Ata un globo de colores (rojo y blanco) a cada muñeca del bebé con una cinta no muy larga. Enséñale primero que moviendo los brazos suben y bajan los globos. Pronto comenzará a hacerlo solo.
- Llámale desde el otro lado de la habitación para que te busque con la mirada.
- A partir de los 6 meses, dale juguetes para encajar y apilar para ayudarle a desarrollar la coordinación mano-ojo.
Fuentes:
Asociación Americana de Optometría
Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.