La esterilización de los biberones, chupetes y juguetes del bebé es muy importante en los primeros meses de vida para evitar infecciones intestinales u otras afecciones, pero ¿hasta qué edad hay que esterilizar los productos del bebé?
¿Por qué esterilizar los productos del bebé?
La esterilización es un proceso mediante el cual se eliminan las bacterias y microorganismos peligrosos para la salud que puede haber en un producto. Mediante este proceso, que puede llevarse a cabo de diversas formas, nos aseguramos de que ese objeto esté libre de patógenos que pueden causar infecciones y enfermedades. La esterilización es especialmente importante en bebés prematuros o que han nacido con bajo peso.
Por eso, es conveniente esterilizar con frecuencia los productos que el bebé se lleva a la boca, como biberones, chupetes o juguetes, ya que el sistema inmunológico del bebé aún no está totalmente desarrollado y es más susceptible de contraer este tipo de enfermedades. Es especialmente importante esterilizar los productos de alimentación, ya que los restos de leche, si no se eliminan bien, pueden desarrollar bacterias que causen infecciones gastrointestinales.
Además de los utensilios de cocina, es aconsejable que en los primeros meses esterilices también sus juguetes de goma y laves con agua muy caliente los de tela, ya que pueden ser un foco de gérmenes.
No obstante, tampoco es necesario esterilizar los productos pasada cierta edad, ya que también es bueno que el niño vaya entrando en contacto gradualmente con los patógenos que hay a su alrededor para que vaya creando sus propias defensas.
Entonces, ¿hasta qué edad esterilizar los biberones y chupetes del bebé?
Los profesionales de pediatría aconsejan esterilizar los productos hasta los 3 ó 4 meses, momento en el que las defensas del bebé están más desarrolladas y, además, comienza a llevarse todo a la boca, por lo que no tiene sentido perder tiempo esterilizando los biberones antes de cada toma cuando después va a chupar un juguete del suelo o llevarse la arena del parque a la boca.
Por lo tanto, desde los 4 meses es suficiente con lavar bien los biberones después de cada comida y realizar una esterilización cada 15 días para evitar que los residuos de la leche puedan generar gérmenes o antes del primer uso de los productos. Lavando bien con agua caliente y jabón el resto de los días será suficiente.
Lo mismo con el chupete que, además, se aconseja cambiar cada 2 ó 3 meses.
Desde los 6 meses, se pueden lavar sus utensilios de comer en el lavavajillas, siempre que se elija un programa de agua caliente con una temperatura de más de 70 grados.
¿Cómo esterilizar los objetos del bebé?
Existen diversos métodos para esterilizar los biberones, tetinas, chupetes…
- Hervirlos en agua: consiste en hervir agua en una olla o recipiente grande y colocar dentro durante unos 15 minutos los objetos a esterilizar. Para usar este método hay que estar atento al tiempo de hervido, ya que materiales como el plástico o la silicona se pueden deformar si están mucho tiempo expuestos al calor.
- Usar un esterilizador con vapor: se usa un esterilizador que transforma el agua en vapor. Se pueden colocar varios objetos a la vez y se echa agua en el recipiente. Después, hay que cerrar la tapa herméticamente y accionar el aparato ya sea conectado a la red eléctrica o introduciéndolo en el microondas. Pasados unos minutos, la salida del vapor indicará que las impurezas y los microorganismos han sido eliminados y que la esterilización se ha producido.
- Esterilizar en frío: para hacerlo en frío son necesarias sustancias desinfectantes disueltas en agua. Se llena el recipiente de agua, se introducen los objetos y se echan las sustancias desinfectantes. Este método suele tardar un poco más, entre 30 y 90 minutos.
Todos estos métodos son eficaces, por lo que puede usar cualquiera de ellos. Eso sí, los esterilizadores te permiten esterilizar varios objetos a la vez y de forma más rápida y segura.
Antes de esterilizar, se debe limpiar adecuadamente todo, empezando por las manos, lavándonoslas bien con agua templada y jabón. Después, hay que lavar los biberones y tetinas con agua y jabón justo al acabar su uso para evitar que los restos de comida se queden resecos. Es conveniente emplear un cepillo de biberones para alcanzar todos los puntos del recipiente. No se debe descuidar la zona de la rosca y el cuello del biberón, en las ranuras se puede almacenar suciedad. Una vez limpios, hay que enjuagarlos bien.
Una vez esterilizados, los objetos pueden permanecer a temperatura ambiente durante varias horas ya que los gérmenes presentes en el aire no son capaces de provocar infecciones.
Fuentes:
Blog EnFamilia de la AEP: «Preparando el biberón», https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/preparando-biberon
Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.