Dar el pecho no debe doler, eso es lo más importante que debes tener en cuenta cuando inicies la lactancia materna. Obviamente, las primeras veces puede resultar un tanto extraño y molesto, hasta que el pezón se acostumbre, pero no debe doler y, además, esa sensación debe desaparecer rápidamente. Si no es así, existe algún problema que debes descubrir y tratar para que la lactancia sea una experiencia agradable y no lo contrario.
Causas del dolor de pezones durante la lactancia materna
Muchas madres piensan que el dolor de pezones o telalgia es algo normal por lo que deben pasar durante las primeras semanas; pero, como hemos dicho, no es cierto, la lactancia materna no implica dolor ni sufrimiento y, de hecho, esta es la principal causa de abandono de la lactancia, una verdadera lástima ya que, con información y consejos, se puede evitar este dolor y mantener la lactancia materna todo el tiempo posible, el mejor alimento para el bebé y beneficioso también para la mamá.
Por eso, lo primero es saber cuál es la causa de tu dolor, ya que existen diversos problemas que pueden causar dolor de pezones:
1- Mal enganche: cuando la postura no es correcta o el bebé no se engancha adecuadamente se producen grietas y dolor porque el bebé no succiona de manera adecuada, además de que probablemente obtenga poca leche y no esté alimentándose como debiera.
Recuerda que para que el enganche sea correcto su boca debe estar bien abierta y abarcar los pezones y parte de la aréola. Las mejillas del bebé no deben estar hundidas y su cuerpo debe estar pegado al tuyo.
En algunos casos, puede haber problemas anatómicos maternos que dificulten el agarre, como tener el pezón plano o invertido o padecer ingurgitación mamaria (habitual en estas primeras semanas).
2- Grietas en el pecho: como decíamos, suelen aparecer por un mal enganche, pero la humedad y la continua succión pueden favorecer que no cicatricen, aunque se corrija el enganche, llegando a sangrar y causar mucho dolor.
3- Frenillo lingual corto: la anquiloglosia o frenillo lingual corto supone que el frenillo lingual, es decir, el tejido que une la lengua con la parte inferior de la boca, es demasiado corto o está muy cerca de la punta de la lengua, lo que impide que el bebé se enganche bien y succione al no poder hacer el movimiento que la lengua debe hacer para extraer la leche. Además, este problema puede causar al crecer problemas en el habla o la dentición al niño. Si el problema es leve puede ser suficiente con cambiar la técnica de lactancia, pero en casos de frenillo muy corto habrá que operar para posibilitar la lactancia materna y evitar futuros problemas al peque.
¿Cómo saber si tu bebé tiene el frenillo corto? Notarás que apenas saca la lengua más allá del labio inferior, se cansa al mamar, engorda poco, le tiembla la mandíbula durante las tomas del esfuerzo que debe hacer y para a menudo. Además, al acabar puedes notar cómo tu pezón queda deformado por la presión que realiza, aparte del dolor. Consulta a su profesional de pediatría por si es necesaria una intervención quirúrgica.
4- Candidiasis: la candida albicans es un tipo de hongo que produce candidiasis, una infección micótica habitual en lactantes. En la boca del bebe se pueden notar una especie de placas blanquecinas sobre las mucosas y encías que parecen restos de leche, pero que no se pueden retirar limpiando su boquita (muguet). Si no se trata, esta infección puede pasar de la boca del niño al pezón de la madre, causando dolor y ardor.
5- Infección de pezón: además de una infección por hongos, puede producirse una infección bacteriana en el pezón si las bacterias entran por las grietas o heridas que pueda tener el pezón. En este caso, los síntomas serán enrojecimiento, dolor agudo e intenso, supuración, inflamación… La infección puede ser superficial o interna (en los conductos mamarios).
¿Cómo evitar y solucionar el dolor de pezones en la lactancia?
- En caso de infección micótica será necesario un tratamiento antifúngico. Si la infección es bacteriana habrá que administrar antibióticos. Lo ideal sería hacer un cultivo para ver qué tipo de bacteria es y prescribir el antibiótico más pertinente. En ambos casos se puede continuar con la lactancia materna.
- Si el problema es un mal enganche, debes asegurarte de que tu bebé se coge bien. Recuerda que el bebé deber acercarse al pecho y no al revés. Estimula su reflejo de succión rozándole el labio con el dedo para que abra bien la boca y colócale en ese momento. El cuerpo del niño debe estar pegado al tuyo y su cabeza en línea con el pezón. El labio superior del niño debe quedar vuelto hacia fuera y el pezón más cerca de este que del inferior para dejar sitio a la lengua.
No hay ninguna postura mejor que otra, debes elegir aquella que te permite estar cómoda y asegurar un buen agarre. Si no se ha enganchado bien, mete el dedo en su boquita para abrir la ventosa y separarlo del pezón y vuelve a intentarlo hasta que esté bien enganchado y no te cause dolor. Como decíamos, la boca debe cubrir también parte de la aréola y las mejillas no deben estar hundidas.
- Para las grietas, lo mejor es aplicar un poco de leche materna tras la toma y dejar los senos al aire todo el tiempo posible para favorecer su cicatrización. La leche materna tiene propiedades antiinfecciosas y antiinflamatorias. Otra opción es usar una crema con lanolina.
- Usa un sujetador de lactancia de la talla adecuada que no quede apretado y sea transpirable.
- Mientras tengas grietas o heridas, puedes usar pezoneras o conchas protectoras para proteger al pezón, pero una vez se hayan curado no es necesario que sigas usándolas.
- Para evitar que haya humedad, usa discos de lactancia absorbentes entre tomas para evitar la proliferación de hongos.
- Si tienes dudas o problemas, no dudes en consultar a tu matrona o buscar un grupo de apoyo a la lactancia.
- En caso de ingurgitación mamaria, extráete un poco de leche con un sacaleches antes de la toma para favorecer el agarre del bebé.
- Da de mamar a demanda y con frecuencia para evitar otros problemas como mastitis, obstrucción, etc.
- Evita ponerle el chupete o darle biberones los primeros días, hasta que la lactancia se establezca correctamente para evitar interferencias o una mala succión.
- Si el problema es el frenillo corto habrá que practicar una frenotomía.
- Si el dolor es muy intenso, puedes extraerte la leche y dársela en biberón hasta que los pezones se curen y puedas volver a la lactancia normal.
Fuentes:
McFadden A, Gavine A, Renfrew MJ, Wade A, Buchanan P, Taylor JL, Veitch E, Rennie AM, Crowther SA, Neiman S, MacGillivray S. Support for healthy breastfeeding mothers with healthy term babies. Cochrane Database of Systematic Reviews 2017, Issue 2. Art. No.: CD001141. DOI: 10.1002/14651858.CD001141.pub5.
S. Delgado, R. Arroyo, E. Jiménez, L. Fernández, J.M. Rodríguez. (Departamento de Nutrición, Bromatología y Tecnología de los Alimentos. Universidad Complutense de Madrid), “Mastitis infecciosas durante la lactancia: un problema infravalorado”.