Estás ya en el segundo trimestre de embarazo, el mejor para la mayoría de las gestantes ya que desaparecen las náuseas y el cansancio del primer trimestre y se suele tener más energía y vitalidad. Aprovecha estas semanas y disfruta de tu embarazo.
Cambios en la mujer en el cuarto mes de embarazo
El cuarto mes abarca de la semana 14 a la 17. En este mes desaparecen las náuseas del embarazo (si las habías tenido) y los síntomas suelen ser más llevaderos, por lo que suele ser un buen mes para la mamá.
El útero continúa su crecimiento y ascendiendo a la cavidad abdominal y ya es posible notar que estás embarazada. Por eso, tu ropa habitual no te valdrá y tendrás que usar prendas especiales premamá o más anchas.
Además, el crecimiento del útero puede ralentizar las digestiones y hacer que aparezcan trastornos digestivos como estreñimiento o ardores. También tendrás que ir al baño más a menudo ya que queda menos espacio para tu vejiga.
El aumento de peso, junto con el mayor volumen sanguíneo, puede hacer que se compriman los nervios de las piernas y sufras calambres, sobre todo por la noche.
Estas alteraciones vasculares, junto a los cambios hormonales, pueden hacer que aparezcan sangrados en las encías y la nariz, sobre todo si desarrollas gingivitis, una inflamación de las encías común en embarazadas.
El aumento de los estrógenos y la progesterona provoca un aumento de la melanina, la sustancia que da color a nuestra piel y cabello, por lo que puede hacerse más notoria la línea alba que va del ombligo al pubis y salirte manchas en la cara, conocidas como cloasma o paño del embarazo; protégete del sol para evitar su aparición.
A partir de este mes también pueden hacerse más notorios los despistes habituales del embarazo (cerebro de embarazada) debidos a los cambios que se producen en el cerebro para prepararnos para la maternidad.
El aumento de los estrógenos hace que las mucosas de la nariz se inflamen y resequen, por lo que puedes sentirte congestionada, aunque no estés resfriada. También roncarás mucho por las noches.
Si no eres primeriza, puede que en este mes ya empieces a notar las pataditas de tu peque, aunque lo normal es que no se noten hasta la semana 19 o 20.
¿Cómo es el desarrollo del feto en el cuarto mes de embarazo?
- El feto sigue madurando y desarrollando todos sus órganos. Ya mide unos 18 cm y pesa 100 gramos.
- El bebé ya realiza movimientos voluntarios y empieza a gesticular y hacer muecas, guiñar el ojo o chuparse los dedos.
- Comienzan a endurecerse los huesos. Los riñones del feto comienzan a funcionar y a producir orina que expulsa al líquido amniótico.
- Le crece un vello fino por todo el cuerpo, llamado lanugo, para proteger su piel del entorno líquido. Este pelito se cae antes de nacer, aunque es visible en los bebés prematuros. También le crece el pelo de las cejas y la cabeza. Aparecen las uñas en las manos y abre y cierra las manos. Ya está formado el paladar.
- La médula comienza a producir células sanguíneas junto con el hígado. El intestino comienza a llenarse de meconio, una sustancia de color negruzco formada por bilis y otras secreciones que expulsará en sus primeras heces al nacer.
- Sus pulmones están activos, aunque aún no pueden respirar. También su cerebro y su sistema nervioso se vuelven funcionales. Comienza a desarrollar el sentido del tacto.
- La cabeza está más proporcionada con el cuerpo y el cuello adquiere su forma.
Consejos para cuidarse en el cuarto mes de embarazo
Si todavía no has hablado con tus jefes, ahora que ha pasado la eco de la semana 12 y sabes que todo va bien es un buen momento para comunicar a tus superiores tu embarazo para que vayan preparando tu baja maternal.
A no ser que tu profesional de medicina y ginecología lo contraindique, es conveniente que hagas ejercicio físico con regularidad para mantenerte en forma, evitar el sobrepeso y dolores y problemas habituales en estos meses como la lumbalgia o el estreñimiento. Caminar, nadar, yoga o pilates para embarazadas son deportes muy recomendados en estos meses. Evita aquellos deportes peligrosos o de contacto.
Cuida bien tu higiene bucal y, ante cualquier inflamación o sangrado de las encías, acude al dentista para evitar que la gingivitis se complique.
Ahora que se han pasado las náuseas y estás menos cansada es posible que notes un aumento de la libido y más ganas de mantener relaciones sexuales. Recuerda que, a no ser que haya alguna complicación, el sexo es seguro e incluso beneficioso para ti y para el bebé.
Sigue cuidando tu dieta y no comas por dos. Hay que controlar la ganancia de peso ya que coger muchos kilos en el embarazo no es bueno para tu salud ni para la del feto. Evita los azúcares y las grasas trans. Puedes darte un capricho de vez en cuando, pero que no sea lo habitual.
Mantén tu piel bien hidratada por medio de una dieta sana, 2,5 litros de agua al día y cremas hidratantes que eviten la sequedad de la piel y la aparición de estrías.
Pruebas en el cuarto mes de embarazo
En este mes pueden hacerte una ecografía de control hacia la semana 16, aunque no se hace en todos los centros médicos. En esta ecografía ya podrán decirte si tu bebé es niño o niña.
Si los resultados del triple screening salieron alterados, pueden recomendarte una amniocentesis, una prueba que consiste en extraer un poco de líquido amniótico para analizarlo y diagnosticar posibles malformaciones como síndrome de Down u otras alteraciones genéticas.
Esta prueba no debe hacerse antes de la semana 15 de embarazo, ya que tiene ciertos riesgos que son mayores antes de esta semana debido al tamaño menor del feto. Por eso, actualmente es más habitual realizar un test genético que solo necesita extraer un poco de sangre a la madre, sin riesgos.
Fuente:
Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.
Regan, Lesley (2015), Tu embarazo semana a semana, Madrid, Ed. DK.
Blott, Maggie (2015), Tu embarazo día a día, Barcelona, Ed. Planeta.