Las infecciones alimentarias pueden ser más frecuentes en verano debido al calor, el mayor consumo de alimentos al aire libre, la manipulación inadecuada de alimentos… Para evitar que una intoxicación alimenticia estropee tus vacaciones, ten en cuenta estos consejos.
¿Por qué en verano son más frecuentes las infecciones alimentarias?
Son varios los motivos que hacen que sufrir una infección o intoxicación alimentaria en verano sea más frecuente que en otras épocas del año:
– Temperaturas más cálidas: el calor extremo que suele hacer en verano en muchas zonas crea un entorno propicio para el crecimiento de bacterias, virus y otros microorganismos en los alimentos. Si los alimentos no se manipulan, almacenan o cocinan correctamente, las bacterias pueden proliferar más rápidamente y aumentar el riesgo de infecciones.
– Mayor consumo de alimentos al aire libre: en verano comemos a menudo al aire libre en la playa, el río, de picnic, barbacoa… Eso hace que no se controle adecuadamente la temperatura idónea a la que deben estar los alimentos para evitar que se estropeen. También dificulta el mantenimiento de condiciones higiénicas adecuadas, lo que aumenta el riesgo de contaminación y proliferación de bacterias.
– Manipulación inadecuada de alimentos: los alimentos se manipulan más, especialmente en eventos al aire libre. Si las personas que manipulan estos alimentos no se lavan las manos antes de tocarlos o de servirlos, pueden transferir bacterias y otros patógenos a los alimentos, lo que aumenta el riesgo de infección.
– Mayor consumo de alimentos crudos o poco cocidos: en esta época es normal consumir alimentos crudos o poco cocinados como ensaladas, frutas, carnes a la parrilla… lo que aumenta el riesgo de que contengan bacterias o parásitos dañinos.
– Contaminación del agua: realizamos más actividades acuáticas y consumimos más agua, hielo y alimentos marinos. Si el agua no está correctamente tratada o si los mariscos no son frescos o se manipulan incorrectamente, pueden contener microorganismos que causan enfermedades.
De hecho, las intoxicaciones e infecciones alimentarias aumentan hasta un 25% en verano y, aunque suelen ser leves, en niños menores de 5 años y en adultos mayores de 65 años pueden complicarse, por lo que es importante saber cómo prevenirlas.
Los síntomas más frecuentes son dolor abdominal, vómitos, náuseas y diarrea.
Los causantes más comunes de intoxicaciones o infecciones alimentarias son campilobacteriosis (causada por las bacterias Campylobacter), salmonelosis (causada por una bacteria llamada Salmonella), listeriosis (causada por una bacteria llamada Listeria monocytogenes), norovirus (un grupo de virus muy contagiosos), Eschericia coli.
¿Cómo evitar las infecciones alimentarias del verano?
1- Extrema la higiene. Antes de manipular los alimentos debes lavarte bien las manos. Si no tienes agua y jabón cerca, debes llevar contigo un gel higienizante para poder lavarte bien las manos antes de manipular cualquier alimento. Ten especial cuidado con los paños y las bayetas ya que son transmisores de virus y bacterias. Lávate también después de manipular alimentos, especialmente después de usar el baño, tocar mascotas o realizar actividades al aire libre. Limpia y desinfecta las superficies de la cocina y los utensilios de cocina con regularidad.
2- Evita la contaminación cruzada. Esta se produce cuando se usa el mismo cuchillo o la misma tabla para cortar carnes o pescados sin cocinar que alimentos que se consumen directamente crudos, como las frutas. Debes usar utensilios diferentes, limpiarlos bien después de usarlos y evitar que se toquen en la nevera o bolsa. Todo debe almacenarse en recipientes, bolsas selladas o envases con tapa para que no se derramen líquidos.
3- Cocina de forma adecuada. Los alimentos que se consumen cocinados deben ser sometidos a temperaturas de más de 75ºC durante al menos dos minutos. Las comidas elaboradas con huevo crudo, como la mayonesa o la tortilla de patatas poco hecha, deben consumirse inmediatamente y, si sobra algo, guardarlo enseguida en la nevera a una temperatura adecuada. Lava bien las frutas y las verduras, aunque se vayan a pelar. Es mejor cocinar los huevos completamente. Si se guardan sobras de platos calientes, se deben volver a calentar a la máxima temperatura para eliminar posibles microorganismos dañinos.
4- Controla la temperatura del refrigerador, ya que debe estar entre 4 y 5º C para mantener los alimentos y evitar que se estropeen. Los pescados que vayamos a consumir crudos debemos congelarlos 5 días a -20º. No guardes las sobras más de 4 días.
5- Descongela los alimentos gradualmente y en la nevera, nada de hacerlo a temperatura ambiente, bajo el agua fría o en el microondas ya que pueden estropearse.
6- Si no sabes bien el origen del agua o si es buena, mejor bebe agua embotellada y elige hielos hechos también con agua mineral.
7- Respeta las fechas de caducidad y consume los alimentos abiertos en 3 o 4 días. Tampoco debes consumir alimentos que vengan en envases rotos, defectuosos o abombados.
8- Limpia la nevera de forma regular para evitar que se reproduzcan hongos, mohos, bacterias, etc.
Fuentes:
AESAN: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/campanyas/campania_verano.htm