El destete respetuoso es aquel que respeta el ritmo del lactante y de la madre, que se produce cuando el bebé lo decide y que, por lo tanto, resulta menos traumático para el bebé y mejor para la salud materna.
¿Qué es el destete respetuoso?
El destete es el proceso de dejar de ofrecer lactancia materna al bebé. Cuando hablamos de destete respetuoso, nos referimos a un proceso dirigido por el bebé que se inicia cuando comienza la alimentación complementaria a los 6 meses y se le empiezan a ofrecer otros alimentos diferentes a la leche al peque, y acaba cuando deja por completo de tomar leche materna.
Este proceso, por lo tanto, puede durar meses o incluso años, dependiendo del bebé y, por supuesto, también de la madre y de sus necesidades, ya que la lactancia es un tema que incumbe a los dos, por lo que se debe procurar siempre el bienestar para ambos.
Generalmente, el destete se va haciendo gradualmente a medida que el pequeño va comiendo más alimentos y haciendo menos tomas de lactancia materna, hasta que decide que ya no quiere más pecho. Sin embargo, en ocasiones es necesario acelerar un poco el proceso por diversos motivos, ya sea de salud materna o de otra índole. Incluso en estos casos, se puede llevar a cabo un destete respetuoso con el bebé y con la madre.
Para ello, el proceso tiene que ser gradual y tener mucha paciencia.
Beneficios del destete respetuoso
- Destetar puede ser un proceso traumático para el bebé ya que el pecho no solo le ofrece alimento, sino también seguridad, protección, refugio… Sin embargo, el destete respetuoso, al ser dirigido por el pequeño y darse a lo largo del tiempo, resulta mucho menos complejo y difícil para él.
- Un destete brusco aumenta el riesgo de problemas de salud en la madre, especialmente obstrucciones y mastitis. Por eso, el destete respetuoso es también beneficioso para la mamá.
- Por último, destetar también puede ser complicado para la madre ya que la lactancia materna es algo maravilloso cuando no surgen problemas, por lo que puede ser difícil también para ella renunciar a dar el pecho a su hijo. Pero el destete respetuoso ofrece meses para irse haciendo a la idea y que así sea menos duro para ambos.
¿Cuándo se recomienda destetar al bebé?
Hasta los 6 meses, la Organización Mundial de la Salud y el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría recomiendan la lactancia materna exclusiva. A partir de esta edad hay que ofrecer al bebé nuevos alimentos, por lo que puede comenzar el destete. Sin embargo, hasta los 12 meses la leche materna sigue siendo su alimento principal, por lo que el bebé sigue con muchas tomas de leche materna.
A medida que pasan los meses y come más alimentos, va dejando poco a poco las tomas maternas, pero se puede seguir ofreciendo leche al bebé hasta que éste quiera, no hay una edad determinada para dejarlo. Pueden ser 2, 3, 4 años… lo que vayan queriendo el bebé y la mamá.
¿Cómo realizar un destete respetuoso con el bebé?
- Paulatinamente. Un destete respetuoso empezará por ser gradual, es decir, se van quitando las tomas en función de las necesidades del bebé y de la mamá. Por ejemplo, si la madre va a volver al trabajo y no puede sacarse leche en esas horas, puede comenzar por quitar las tomas en las que no vaya a estar, empezando por la toma central y, a las dos o tres semanas, otra. De esta manera, el cuerpo se acostumbra a producir menos leche. Siempre hay que dejar pasar al menos 4 ó 5 días entre quitar una toma y la siguiente para que la producción de leche disminuya gradualmente y evitar obstrucciones, mastitis, etc.
Otra opción es quitar las tomas nocturnas si la madre está muy cansada, aunque muchos bebés se quitan solos estas tomas a partir de los 6 meses, momento en que sus necesidades nutricionales cambian y ya no necesitan comer de noche (o no tan a menudo).
- No negar, no ofrecer. Esa es la clave para ir quitando las tomas de forma respetuosa. La idea es que no le ofrezcas leche si no se acuerda de ello, pero que nunca se la niegues si te lo pide. De esta forma, no se sentirá rechazado y él solo irá pidiendo menos a medida que crezca.
- Hablar con él. Cuando tu hijo ya tenga unos 2 años y pueda entenderte, lo mejor es que seas abierta con él y le expliques que, a veces, no puedes darle el pecho. Si te lo pide y en ese momento no puedes por el motivo que sea, explícale que ahora no, que estás ocupada, pero que, en cuanto puedas, le darás el pecho. Así aprenderá a esperar y ser paciente y se irá acostumbrando a tomar menos pecho. Eso sí, si no se le olvida en unos minutos y sigue insistiendo, dale el pecho.
- Anticípate. Si notas que te va a pedir el pecho y no quieres dárselo en ese momento porque ha pasado poco tiempo o porque no puedes por lo que sea, anticípate a su petición con algo de comida, un juego, alguna distracción…
- Aumenta los momentos de cariño e intimidad con él. Como decíamos, la lactancia no es solo un medio de alimentación, también ofrece al niño consuelo, amor, seguridad… Por eso, debes aumentar tus muestras de cariño hacia él y buscar más momentos para compartir juntos para que no sienta ese vacío emocional que puede dejar el destete.
- Lleva contigo siempre tentempiés saludables para ofrecerle si estáis fuera de casa y no quieres darle el pecho, pero tiene hambre.
- Busca el apoyo de tu pareja para este proceso. Es importante que se involucre y te apoye, sobre todo a la hora de darle el biberón si el destete se produce antes de los 6 meses y tiene que tomar leche de fórmula con biberón. En este caso, es mejor que el biberón se lo dé otra persona ya que, si se lo intentas dar tú, probablemente lo rechace y se ponga nervioso buscando el pecho. Y si tiene más de 6 meses, puedes probar a darle la leche en vasito de aprendizaje, así evitarás el rechazo al biberón.
- Nunca te quejes cuando le estés dando el pecho ni te muestres cansada delante de él. Eso solo conseguirá que se sienta rechazado. Las tomas deben seguir siendo un momento de tranquilidad y afecto, aunque estéis reduciéndolas. Muchas veces, se sigue solo con una o dos tomas durante años, y eso es suficiente para que tanto el bebé como la mamá estén felices.
Fuente: Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría