Los dientes neonatales son aquellos que salen en los recién nacidos, mucho antes de la edad habitual que son los 6 meses. ¿Tienen consecuencias negativas estos dientes para la salud del bebé? ¿Pueden afectar a su alimentación o desarrollo?
¿Qué son los dientes neonatales?
Lo dientes neonatales son aquellos dientes de leche que erupcionan en el primer mes de vida, antes de la edad habitual en la que suelen empezar a salir los primeros dientes que es a partir de los 6 meses.
No es lo mismo que los dientes natales, que están presentes en la boca en el momento del nacimiento, lo que significa que erupcionan durante el embarazo.
Los dientes natales son 3 veces más comunes que los neonatales, aunque ambas situaciones son muy raras, con una prevalencia de 1 de cada 2.000 o 3.000 nacimientos.
Son dientes con un esmalte muy fino, pobremente desarrollados, pequeños, cónicos, amarillentos y con una raíz muy poco desarrollada, por eso hay riesgo de que se suelten solos y se puedan aspirar o tragar.
La corona dentaria puede ser menor de lo habitual y mostrar hipoplasia, rugosidades en la superficie del esmalte o manchas amarillentas, grisáceas o parduscas. Si se hace una radiografía, muchas veces se ve que la raíz no se ha desarrollado.
En casi un 85% los dientes que erupcionan son los incisivos inferiores, y en un menor porcentaje, incisivos superiores, molares u otras piezas dentales.
Estas piezas dentales son, generalmente, supernumerarias, es decir, exceden de la fórmula dental habitual, son dientes extra.
Posibles complicaciones de los dientes neonatales
Estos dientes tienen una gran movilidad ya que no están igual de fijos que los dientes que salen desde los 6 meses, por lo que pueden desprenderse, aspirarse o causar una serie de problemas:
– Lesiones en el pecho materno durante la lactancia.
– Enfermedad de Riga-Fede, una ulceración persistente de la mucosa oral que surge como consecuencia de traumatismos constantes con los dientes. Como consecuencia, el niño tiene problemas para comer y rechaza el pecho o el biberón.
– Dolor, babeo y malestar al erupcionar.
– Los dientes neonatales se mueven en todas direcciones ya que el diente solo está unido al margen de la encía. La hipermovilidad puede causar deglución o aspiración del diente, aunque no se conoce ningún caso de aspiración dental, es un miedo más imaginario que real.
– Gingivitis, es decir, inflamación de las encías que puede causar sangrados y dolor.
¿Por qué aparecen los dientes neonatales?
El origen de esta patología no está claro. Se cree que puede haber un componente hereditario, estar influido por una posición superior del germen dentario durante el desarrollo del parto que predispone a erupcionar tempranamente, hipo o hipervitaminosis, estimulación hormonal, trauma, estados febriles, pielitis… pero aún no se ha establecido con seguridad la causa.
¿Se deben extraer los dientes neonatales?
La decisión de extraer un diente natal o neonatal la debe tomar el profesional de medicina de acuerdo a las complicaciones que cause al bebé. Si no le provoca ningún problema, no hace falta extraerlo. Pero si provoca heridas a la madre o úlceras al peque, es mejor quitarlo.
Los dientes neonatales son menos móviles que los natales. Y siempre hay que vigilarlos para evitar complicaciones mayores, como que el bebé se trague el diente.
Un 9% de los dientes neonatales se desarrolla de forma normal y no causa ningún problema, lo que significa un porcentaje muy pequeño.
En el 91% de los casos restantes hay que tener en cuenta la solidez de la raíz del diente para valorar si se mueve mucho o no y tiene riesgo de caerse; o si causa lesiones o heridas al bebé en la lengua o a la madre en el pecho.
En el caso de que haya peligros, existe la posibilidad de realizar una exodoncia (extracción de las piezas dentales) para evitar estos riesgos.
Si los dientes deben extraerse, es aconsejable esperar a que el lactante tenga por lo menos 10 a 14 días de nacido para que la flora intestinal del lactante produzca vitamina K, necesaria para la coagulación de la sangre tras la intervención.
En casos más leves, se puede realizar un suave raspado de los dientes para evitar las heridas.
Los dientes natales y neonatales que sobreviven más allá de los cuatro meses a menudo tienen buen pronóstico.