La diabetes gestacional es un tipo de diabetes que se produce solo durante el embarazo cuando el páncreas de la mujer no produce suficiente insulina para que el azúcar de los alimentos entre en las células y estas lo usen como energía. Como consecuencia, los niveles de glucosa en sangre se elevan, lo que puede causar serias complicaciones al bebé y la mamá si no se detecta y trata adecuadamente.
¿Qué es la diabetes gestacional y por qué se produce?
La diabetes gestacional es un tipo de diabetes que aparece en embarazadas que no padecían esta enfermedad antes de quedarse encita y que, generalmente, desaparece tras dar a luz.
El páncreas produce una hormona llamada insulina cuya misión es permitir que la glucosa que ingerimos a través de los alimentos pase a las células para que estas la aprovechen en forma de energía. Si el páncreas no produce suficiente insulina o las células usan esta hormona de manera menos eficaz, se produce una resistencia a la insulina que aumenta la necesidad que el cuerpo tiene de insulina.
Además, comienza a acumularse glucosa en la sangre que no es aprovechada, lo que puede tener serias consecuencias para el embarazo.
En cuanto a las causas de esta enfermedad que padecen hasta un 10% de gestantes, no se comprenden del todo, pero se cree que es una combinación de factores hormonales, genéticos y ambientales.
Durante el embarazo, la placenta produce hormonas que pueden interferir con la forma en que el cuerpo utiliza la insulina, lo que puede llevar a una mayor resistencia a la insulina.
Además, existen una serie de factores de riesgo de desarrollar esta patología:
– Tener antecedentes familiares de diabetes tipo 2 o de diabetes gestacional en embarazos anteriores.
– Tener sobrepeso u obesidad antes del embarazo aumenta el riesgo de desarrollar diabetes gestacional. El exceso de grasa corporal puede aumentar la resistencia a la insulina.
– La edad materna ya que las mujeres mayores de 25 años tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes gestacional.
– Antecedentes personales de diabetes gestacional en un embarazo anterior.
– Padecer ciertos problemas médicos como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) y la prediabetes pueden aumentar el riesgo de diabetes gestacional.
– Los embarazos múltiples tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes gestacional debido a las demandas metabólicas adicionales del embarazo.
– La falta de actividad física regular puede contribuir al desarrollo de la diabetes gestacional.
– Algunas poblaciones étnicas, como las hispanas, afroamericanas, asiáticas y nativas americanas, tienen un mayor riesgo de diabetes gestacional.
Síntomas de la diabetes gestacional
La diabetes gestacional no suele producir síntomas, por eso es necesario hacer varias pruebas de niveles de glucosa a lo largo de la gestación para comprobar si la mujer padece o no diabetes gestacional.
En algunos casos se pueden experimentar síntomas leves parecidos a los de la diabetes mellitus tipo 2, como aumento de la sed, aumento de la micción, fatiga, más hambre, visión borrosa, llagas que tardan en curar…
Sin embargo, como decíamos, lo habitual es que no se experimenten síntomas o que estos, al ser tan leves, se confundan con los propios del embarazo. Por eso, en torno a la semana 24 en mujeres menores de 35 años y hacia la semana 16 en mujeres mayores de esta edad se realiza el Test O´Sullivan o Prueba de Intolerancia a la Glucosa Oral que consiste en tomar una muestra de sangre para medir tu nivel de glucosa en sangre en ayunas, administrar después una solución de glucosa que contiene una cantidad específica de azúcar (generalmente 75 gramos de glucosa en una solución), esperar una hora y volver a tomar una muestra de sangre para comprobar los niveles de azúcar tras la ingesta.
En algunos casos, se realiza una tercera medición de glucosa en sangre una hora después de la segunda medición. Esto depende de las pautas y protocolos del lugar donde te realices la prueba.
Un nivel de glucosa sanguínea de 190 miligramos por decilitro en la segunda extracción indica diabetes gestacional. Si hay dudas, se puede hacer una prueba de 3 horas administrando más glucosa y haciendo 3 extracciones para comprobar si la glucosa sigue alta pasado un tiempo o no.
Complicaciones de la diabetes gestacional
Cuando los niveles de glucosa en sangre están demasiado altos durante el embarazo puede causar diversas complicaciones al bebé y el desarrollo de la gestación:
a) Consecuencias para la madre:
– Mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro. Es importante realizar un seguimiento regular y mantener un estilo de vida saludable para reducir este riesgo.
– Mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial durante el embarazo, lo que puede requerir tratamiento y seguimiento médico.
– Mayor riesgo de cesárea, especialmente si los niveles de azúcar en sangre no se controlan adecuadamente.
b) Consecuencias para el bebé:
– Macrosomía: los bebés de madres con diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de nacer con un peso más elevado de lo normal (macrosomía). Esto puede aumentar la probabilidad de complicaciones durante el parto y la necesidad de una cesárea.
– Hipoglucemia neonatal: después del nacimiento, los bebés de madres con diabetes gestacional pueden experimentar niveles bajos de azúcar en sangre (hipoglucemia) debido a la adaptación de su propio sistema de insulina a los niveles elevados de azúcar en sangre de la madre durante el embarazo.
– Mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 más adelante en la vida.
– Problemas respiratorios: algunos bebés nacidos de madres con diabetes gestacional pueden tener problemas respiratorios inmediatamente después del nacimiento, como síndrome de dificultad respiratoria.
– Ictericia: los niveles elevados de bilirrubina en la sangre pueden causar ictericia en los recién nacidos de madres con diabetes gestacional.
¿Cómo se trata la diabetes gestacional?
En la mayoría de los casos, el control de la diabetes gestacional se hace mediante una dieta especial y ejercicio físico. La mujer debe controlar sus niveles de glucosa mediante un medidor de glucosa antes de las comidas, después de comer y al acostarse. Estas mediciones las debe ir apuntando en un cuaderno para después enseñárselas al profesional de medicina y así ver si e tratamiento está siendo eficaz. Si no es así, puede ser necesario recurrir a las inyecciones de insulina, aunque en el embarazo no es lo habitual.
En cuanto a la dieta, se suele recomendar una dieta de 1.800 calorías en la que se prohíbe el consumo de carbohidratos simples y azúcares y se limita el uso de carbohidratos complejos. Además, se aconseja evitar los fritos y las grasas y cocinar al vapor, a la plancha, al horno…
Y, siempre que no haya impedimento médico, se debe realizar ejercicio físico adaptado al embarazo de forma regular para ayudar a reducir los niveles de glucosa en sangre.
Después del parto, los niveles de azúcar en sangre generalmente vuelven a la normalidad, pero es importante continuar el seguimiento médico para evaluar los riesgos futuros de diabetes tipo 2 y mantener un estilo de vida saludable.
Fuentes:
CDC: https://www.cdc.gov/pregnancy/spanish/diabetes-gestational.html
U.S. Department of Health and Human Services, Office of Disease Prevention and Health Promotion. Physical Activity Guidelines for Americans, 2nd edition. Washington, DC: U.S. Department of Health and Human Services; 2018. https://health.gov/paguidelines/second-edition
American Diabetes Association. Management of diabetes in pregnancy. Section 12 in Standards of Medical Care in Diabetes—2016. Diabetes Care. 2016;39(1)(suppl 1):S94–S98.QC