El posparto es la etapa posterior al parto en el que el cuerpo de la mujer se recupera de los cambios sufridos durante el embarazo y el parto. En esta etapa la mujer sufre muchos síntomas y es necesario que se cuide adecuadamente para evitar ciertas complicaciones.
¿Qué es el posparto y qué cambios se producen en la mujer?
El posparto, también conocido como puerperio o periodo postnatal, es el período que sigue al parto y se extiende desde el momento en que se expulsa la placenta hasta aproximadamente las seis semanas después del nacimiento del bebé (unos 40 días, por eso se llama también cuarentena). Durante este tiempo, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios físicos y emocionales a medida que se recupera del embarazo y el parto.
Entre los síntomas principales encontramos sangrado vaginal (loquios), que son más intensos y abundantes los primeros días y se van volviendo cada vez más ligeros y de color marrón a medida que avanzan los días; contracciones uterinas para reducir el tamaño del útero (llamados entuertos); dolor en el perineo si ha habido una episiotomía o desgarro; cambios en los senos a causa de la subida de la leche; cansancio y sueño; cambios hormonales (como fluctuaciones en el estado de ánimo).
Además de los cambios físicos, muchas mujeres también atraviesan cambios emocionales y psicológicos durante este período. Pueden experimentar una amplia gama de emociones, desde alegría y felicidad hasta tristeza, irritabilidad o ansiedad. Algunas mujeres pueden experimentar lo que se conoce como depresión posparto, una forma más intensa y duradera de tristeza o desánimo que requiere atención y apoyo médico.
Es importante que las mujeres reciban cuidados y apoyo durante el posparto, tanto a nivel médico como emocional. Los controles médicos regulares y el seguimiento con el médico o matrona son fundamentales para asegurarse de que la madre se está recuperando adecuadamente y para detectar cualquier complicación o problema de salud.
Cuidados básicos para sobrellevar el posparto
- Descansar y dormir todo lo posible. Está claro que tener un bebé pequeño que come cada 2 o 3 horas y llora a menudo no facilita el descanso, pero tienes que intentar dormir todo lo posible y aprovechar los ratos en los que el peque duerme para hacerlo tú también.
- Seguir una dieta saludable. Debes consumir una alimentación equilibrada y nutritiva para ayudar a tu recuperación y a la producción de leche materna, en caso de amamantar. Se recomienda una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros. También es importante mantenerse hidratada y beber al menos 2 litros de agua al día. Así ayudarás a la producción de leche y a eliminar toxinas.
- Mantén una buena higiene íntima. Sobre todo si te hicieron una episiotomía o sufriste un desgarro, debes mantener la zona íntima limpia y lo más seca posible. Lávala todos los días con agua y jabón. Tras el lavado, seca la herida con una gasa realizando ligeros toques sobre ella, sin arrastrar. Es mejor no usar toallas. En caso de signos de infección (pus, enrojecimiento, inflamación, dolor, fiebre), deberás usar una crema antibiótica o antiséptica recetada por tu médico.
- Control del sangrado vaginal. Es normal que haya sangrado vaginal después del parto (loquios). Se deben utilizar compresas especiales de tejidos orgánicos, nada de plásticos, y cambiarlas regularmente. Si el sangrado es excesivo o tiene un olor desagradable, se debe informar al médico.
- Busca apoyo emocional. El posparto puede ser emocionalmente desafiante. Es importante que cuentes con el apoyo de tu pareja, amigos y familiares, tanto para hacer las tareas diarias como para hablar de tus sentimientos y preocupaciones.
- Haz ejercicio físico. En cuanto tu médico te lo permita, comienza a hacer ejercicios suaves y estiramientos para fortalecer los músculos abdominales y pélvicos. Se recomienda empezar con ejercicios de Kegel y, gradualmente, agregar actividades de bajo impacto como caminar.
- Cuida tus senos si das el pecho. Si has decidido amamantar, debes asegurarte de tener una buena técnica de lactancia para que el bebé se enganche correctamente y evitar grietas, dolor, ingurgitación, obstrucciones e incluso mastitis. Esto implica amamantar a demanda, evitar el uso de chupetes en las primeras semanas (hasta que la lactancia materna esté bien establecida) y asegurarse de que el bebé esté correctamente posicionado durante la lactancia. Lava tus pezones al menos dos veces al día con agua y jabón. Si salen grietas, usa una crema de lanolina o la propia leche materna. Si es necesario, usa conchas protectoras.
- Acude a tus revisiones. Es importante asistir a las citas de control médico programadas después del parto. Estas visitas permiten que el médico evalúe tu recuperación, controle la salud del bebé y te dé la información y ayuda que necesites.
- Evita las relaciones sexuales y los baños de inmersión hasta que el cuello uterino vuelva a cerrarse y ya no haya riesgo de infección.
Posibles complicaciones del posparto
Algunas de las complicaciones posparto más comunes incluyen:
- Hemorragia posparto: la pérdida excesiva de sangre después del parto, ya sea inmediatamente después o en las primeras horas o días posteriores. Puede ser causada por una contracción uterina deficiente, desprendimiento incompleto de la placenta o lesiones en el tracto de parto. Requiere atención médica inmediata.
- Infecciones: las infecciones posparto pueden afectar el útero (endometritis), la incisión de una cesárea (infección de la herida quirúrgica) o los senos (mastitis). Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor, enrojecimiento y secreción anormal. El tratamiento es mediante antibióticos.
- Tromboembolismo venoso: se refiere a la formación de coágulos de sangre en las venas, que pueden causar trombosis venosa profunda (TVP) o embolia pulmonar. Las mujeres en el posparto tienen un mayor riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos debido a los cambios hormonales y a la inmovilidad. Los síntomas pueden incluir dolor en las piernas, hinchazón y dificultad para respirar. Requiere atención médica inmediata.
- Depresión posparto: algunas mujeres pueden experimentar una depresión posparto, que es una forma más intensa y duradera de tristeza o desánimo después del parto. Los síntomas pueden incluir tristeza persistente, pérdida de interés en actividades, cambios de apetito y dificultades para dormir. La terapia y en ocasiones la medicación ayudan a tratar esta enfermedad mental.
Fuente:
Smulders, Beatrijs (2010), Posparto seguro y los primeros meses tras el parto, Ed. Medici.