El tercer mes de embarazo es muy importante ya que marca el final del primer trimestre y el riesgo de aborto espontáneo disminuye, sobre todo si en la ecografía de la semana 12 te confirman que todo va bien. Descubre cómo es el desarrollo de tu bebé y los cambios que se producen en tu cuerpo en este mes.
Cambios en la mujer el tercer mes de embarazo
El tercer mes de embarazo va de la semana 11 a la 14 y supone el último mes del primer trimestre de gestación. A partir de este momento las náuseas se van reduciendo y te encontrarás menos cansada y con menos sueño, aunque es posible que las náuseas continúen alguna semana más.
También es posible que comience un nuevo síntoma digestivo, los ardores, causados por el aumento del tamaño del útero que deja menos espacio al estómago y los altos niveles de progesterona que ralentizan las digestiones, haciendo que los ácidos puedan volver por el esófago y causar esta incómoda sensación. Esta misma ralentización puede causarte estreñimiento, consume más fibra para evitarlo y bebe mucha agua.
El volumen de sangre aumenta en un 50% para poder suministrar la sangre suficiente al feto, por lo que es normal que sientas mareos, te cueste respirar o sudes más.
Un síntoma habitual de estas semanas es la disgeusia o sabor metálico, un sabor persistente y desagradable causado por los cambios hormonales que suele ir desapareciendo en el segundo trimestre.
El útero ha crecido bastante y comienza a elevarse sobre el hueso pélvico, por lo que ya se te notará la tripita y no podrás usar tus prendas más ajustadas.
Los senos siguen creciendo y la aréola puede agrandarse y oscurecerse debido al aumento de melanina en estos meses, que también puede causar la aparición de melasma o cloasma en el rostro y de la línea alba que va del ombligo al pubis (una línea que siempre tenemos, pero se marca más por estos cambios hormonales).
Otro síntoma es el aumento del flujo vaginal a causa de las hormonas y el aumento del volumen sanguíneo. Mientras sea claro o blanquecino y no huela raro ni sientas picor, no debes preocuparte.
¿Cómo es el desarrollo del feto en el tercer mes de embarazo?
Entre la semana 11 y la 12 el embrión pasa a convertirse en feto, un gran paso en su desarrollo. En ese momento todos sus órganos mayores están formados, solo falta que maduren y se desarrollen.
Algunos de ellos ya empiezan a funcionar, como el páncreas, el hígado o los riñones que comienzan a producir orina. Se desarrollan los órganos sexuales externos, aunque todavía no suelen verse bien en la ecografía.
Al finalizar este mes mide unos 12 cm y pesa unos 65 gramos. El feto se mide desde la parte superior de la cabeza hasta las nalgas, lo que se llama longitud cráneo-caudal (LCC), que se mantiene como medida hasta la semana 20.
Sus músculos van creciendo y se desarrollan muchas neuronas, lo que permite que comience a moverse de manera voluntaria, aunque tú todavía no puedes sentirlo.
Ya se han formado los ojos, la nariz, las orejas, el interior de la boca… y los dedos de sus manos y sus pies, que comienza a mover.
Sus párpados se cierran y no se abrirán hasta la semana 26, aproximadamente.
Los huesos comienzan a endurecerse y la piel sigue siendo transparente.
El cordón umbilical conecta el feto a la placenta y a la pared de tu útero, alimentándose ya solo a través de la placenta.
Consejos para cuidarse en el tercer mes de embarazo
- Como decíamos, lo normal es que, a medida que avanza este mes, te encuentres con menos náuseas, menos cansancio y más positiva. No obstante, debes seguir cuidándote y llevando una alimentación saludable que asegure todos los nutrientes que necesitas.
- Nada de alimentos peligrosos y haz ejercicio físico con regularidad para mantener en forma y evitar ciertas molestias habituales en estos meses como los dolores de espalda o de cabeza.
- Evita el estrés y la ansiedad, reduce el trabajo, descansa bien y mímate.
- Pueden aparecer picores en la piel a causa de la sequedad y estrías, por lo que debes empezar a usar una crema hidratante o antiestrías.
Pruebas en el tercer mes de embarazo
Entre la semana 9 y la 11 te harán un análisis de sangre llamado triple screening que mide los niveles de dos marcadores bioquímicos: el de la fracción beta de la hormona del embarazo (hCG) y los valores de la proteína placentaria asociada al embarazo o también conocida como PAPP-A.
Estos valores se combinan con determinados marcadores ecográficos que se obtienen en la ecografía de la semana 12 para calcular el riesgo de las principales cromosomopatías (trisomía 21, 13 y 18). No es un diagnóstico definitivo, solo arroja un cálculo de posibilidades. Si da alto en alguna de ellas, habría que confirmar con otras pruebas como un amniocentesis o un test genético.
Además, como veíamos, en la semana 12 se lleva a cabo la primera ecografía importante de las 3 que son obligatorias en una gestación según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. En esta ecografía se comprueba que todos los órganos principales del feto se han formado correctamente (corazón, cerebro, estómago), además de la columna vertebral, las extremidades, los rasgos faciales… También se analiza el latido fetal y si el feto tiene movimiento.
Y se comprueba la existencia del tabique nasal, ya que su ausencia puede ser síntoma de una anomalía cromosómica. Para el triple screening se mide el pliegue nucal, es decir, la cantidad de líquido que hay en la nuca del bebé ya que este dato, combinado con la analítica sanguínea, da el porcentaje de riesgo de cromosomopatías (un nivel de más de 3 mm es peligroso).
Por otra parte, se analiza la posición de la placenta por si hay riesgo de placenta previa, aunque la posición en esta semana no es definitiva y puede cambiar al crecer el útero. También el cordón umbilical (si tiene 3 vasos) y la cantidad de líquido amniótico.
Fuentes:
Regan, Lesley (2015), Tu embarazo semana a semana, Madrid, Ed. DK.
Blott, Maggie (2015), Tu embarazo día a día, Barcelona, Ed. Planeta.