Los cambios en la piel en la gestación son muy habituales y, por ejemplo, la hiperpigmentación de los pezones, areolas, genitales externos y línea alba abdominal ocurre en el 100% de las embarazadas, mientras que en torno a un 50% desarrolla meslasma y hasta un 90% estrías en diferentes partes del cuerpo. Descubre por qué aparecen estos problemas y cómo solucionarlos.
¿Por qué se producen los cambios cutáneos en el embarazo?
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una amplia gama de cambios, incluidos cambios significativos en la piel.
La causa principal de estos problemas son los cambios hormonales que se producen en estos meses desde el momento de la implantación del embrión en el útero. Desde ese momento aumentan los niveles de gonadotropina coriónica humana (la hormona del embarazo), estrógenos y progesterona, los cuales afectan a todo el organismo, incluida la piel.
Además, en el cuerpo de la mujer se producen una serie de cambios circulatorios al aumentar el volumen de sangre en un 50% para cubrir las necesidades del feto y cambios en el sistema circulatorio para evitar que el cuerpo rechace al feto. Todo ello provoca una serie de cambios y problemas en la piel:
Principales problemas y soluciones para los cambios de la piel
1- Hiperpigmentación
Es común que las mujeres experimenten oscurecimiento de la piel en ciertas áreas debido al aumento de los niveles de melanina. Hacia el tercer mes los pezones, las areolas, la vulva y la línea media abdominal que va desde el monte de Venus hasta el ombligo se oscurecen, de forma que la línea alba llega a tomar un color marrón más o menos oscuro y pasa a ser línea nigra. Hacia el quinto mes aparece una ampliación del color de la areola mamaria que ha dado en llamarse areola secundaria.
También algunas mujeres notan un incremento del tamaño, número y actividad de sus nevos melanocíticos (lunares).
Además, muchas mujeres desarrollan cloasma o «paño del embarazo», que se manifiesta como áreas de pigmentación oscura en la cara.
La causa de esta hiperpigmentación se atribuye a los estrógenos y gestágenos maternos al principio de la gestación y a la actividad placentaria el resto del tiempo que alteran la actividad de los melanocitos, provocando que aumente la melanina.
Solución: esta hiperpigmentación desaparece tras el parto, al equilibrarse las hormonas. Lo normal es que unos meses después la piel haya vuelto a su ser anterior, aunque, algunas veces, el melasma del rostro no desparece y hay que tratarlo con cremas blanqueantes o láser. Además, durante la gestación debes usar protección solar para prevenir en la medida de lo posible su aparición y evitar que las manchas se vuelvan permanentes.
2- Estrías
A medida que la piel se estira para acomodar al bebé en crecimiento, pueden aparecer estrías en el abdomen, los senos, las caderas o los muslos. Durante el embarazo, las estrías pueden aparecer de color rojo, marrón o incluso púrpura. Después de dar a luz suelen hacerse más blancas y notarse menos, aunque, si no te cuidas durante estos meses, pueden quedarse para siempre y luego es más complicado eliminarlas del todo.
La aparición de las estrías también está influida por factores genéticos y el rápido aumento de peso, por lo que no todas las mujeres desarrollan el mismo número de estrías.
Solución: Es importante que evites la aparición de las estrías ya que, como hemos dicho, luego eliminarlas es más complicado. Para ello, bebe mucha agua para mantenerte bien hidratada, cuida tu alimentación para no engordar más de lo conveniente y usa una crema hidratante y antiestrías desde el principio del embarazo. Son muy efectivas las de rosa mosqueta y aceite de karité.
3- Acné
Algunas mujeres experimentan brotes de acné debido a las fluctuaciones hormonales que aumentan la producción de sebo en la piel, lo que hace que los poros se obstruyan y aparezcan puntos negros y granitos. El exceso de sebo puede mezclarse con las células muertas de la piel, obstruyendo los poros y creando un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias. Esto puede llevar a la inflamación y formación de acné.
Solución: Usa limpiadores suaves y no comedogénicos para limpiar la piel dos veces al día para eliminar el exceso de grasas y las impurezas.
Es importante evitar productos que puedan irritar la piel, como exfoliantes ásperos o productos que contienen ácido salicílico, ácido glicólico o peróxido de benzoilo en concentraciones altas.
A pesar de la tentación, exprimir los granos puede empeorar la inflamación y provocar cicatrices.
Si el acné es severo o persistente, es recomendable consultar a un dermatólogo. Algunos tratamientos tópicos y procedimientos pueden ser seguros durante el embarazo, aunque otros no, así que no uses nada sin consultar antes a un profesional de la medicina.
4- Varices y arañas vasculares
El aumento en el volumen de sangre puede causar presión en las venas, lo que puede llevar al desarrollo de varices, especialmente en las piernas. Las varices son venas dilatadas y agrandadas que pueden aparecer como líneas sinuosas y protuberantes en las piernas. El sobrepeso u obesidad también pueden aumentar el riesgo, así que cuida tu dieta.
Las arañas vasculares también son comunes debido al aumento del flujo sanguíneo. Las arañas vasculares son pequeñas venas dilatadas que pueden aparecer cerca de la superficie de la piel. Son similares a las varices, pero más pequeñas y generalmente menos prominentes.
Solución:
Para evitar las varices y las arañas vasculares, haz ejercicio regular para mejorar la circulación sanguínea y fortalecer los músculos de las piernas. Eleva las piernas cuando sea posible para reducir la presión sobre las venas. Usa medias de compresión si pasas mucho tiempo de pie.
En algunos casos, los tratamientos como la escleroterapia (inyección de una solución en las venas para cerrarlas) pueden ser considerados después del embarazo si las arañas vasculares persisten y causan molestias.
5- Piel más sensible
La piel puede volverse más sensible y propensa a la irritación, el picor y la sequedad durante el embarazo. Esto puede deberse a los cambios en el sistema inmunológico y el aumento de la circulación sanguínea, además de al incremento de hormonas como el estrógeno y la progesterona. Estas hormonas pueden afectar la sensibilidad de la piel, haciendo que sea más propensa a la irritación y las reacciones.
Solución: Opta por limpiadores, cremas hidratantes y otros productos de cuidado de la piel que estén formulados para pieles sensibles y no contengan fragancias fuertes u ingredientes irritantes.
Mantén la piel bien hidratada con cremas o lociones sin fragancia para fortalecer la barrera de la piel y reducir la sensibilidad.
La ropa ajustada puede frotar y causar irritación en la piel sensible. Opta por ropa suelta y cómoda, especialmente en áreas propensas a la sensibilidad como el abdomen.
Evita el agua caliente, ya que puede secar la piel y empeorar la sensibilidad.
Si la sensibilidad de la piel es severa o persistente, es recomendable consultar con un profesional de dermatología.
6- Prurito y erupciones cutáneas
Algunas mujeres experimentan prurito intenso, especialmente en el abdomen, debido al estiramiento de la piel. Además, condiciones como el prurigo del embarazo, la foliculitis y el impétigo herpetiforme pueden desarrollarse durante el embarazo.
Si el picor es muy intenso consulta a un médico ya que, a partir de la semana 34, puede ser también colestasis gravídica del embarazo, una enfermedad grave.
Solución: bebe mucha agua, mantén tu piel bien hidratada y consulta a tu médico qué tratamientos puedes tomar en el embarazo.
Fuente:
Aurora Guerra Tapia, Embarazo y piel. Cambios fisiológicos y trastornos con repercusión estética. Vol. 93. Núm. 2. páginas 77-84 (Febrero 2002). Actas Dermo-Sifiliográficas. Academia Española de Dermatología y Venereología. https://www.actasdermo.org/es-embarazo-piel-cambios-fisiologicos-trastornos-articulo-13028741
Wang AR, Goldust M, Kroumpouzos G. Skin disease and pregnancy. In: Landon MB, Galan HL, Jauniaux ERM, et al, eds. Gabbe’s Obstetrics: Normal and Problem Pregnancies. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 56.